viernes, 17 de diciembre de 2010

Larry King cuelga los tirantes

Larry, sé que no sabes español y probablemente nunca leas esto pero, aún así, quiero decirte algunas cosas ahora que has acabado tu programa de entrevistas diario en CNN. Desde mi perspectiva europea, siempre he creído que tu estilismo era manifiestamente mejorable pero lo importante no eran ni tus hombreras, ni tus tirantes ni tus corbatas, algunas de las cuales me han dejado una impronta indeleble. Aquí contaba el contenido. Yo he sido uno de los millones de afortunados en todo el mundo que he tenido la suerte de intervenir en tu ya exprograma un par de veces. Tengo que admitirlo porque así fue. En las dos ocasiones en las que quise participar lo pude hacer. A altas horas de la madrugada, en el salón de la casa de mis padres marcaba el teléfono para llamadas internacionales y una amable voz femenina me cuestionaba sobre el lugar desde el que llamaba y la pregunta que quería hacer. Luego me retenían hasta que oyera una inconfundible voz diciendo: "Bilbao, Spain, hello". Así ocurrió con Tom Hanks, cuando presentaba Filadelfia (Philadelphia) en 1993 y con Demi Moore en 1996 en plena vorágine mediática por sus escenas en ese bodrio llamado Striptease. No volví a participar. No sé la razón. Probablemente porque empecé a dormir a las horas en las que se duerme en esta parte del globo. Ya no podrá ser, y es una pena.

Larry, ideologías o nacionalidades a un lado, te envidio. Por haber tenido un programa durante 25 años en el que han participado miles de invitados de toda pelambre, aunque muchos eran irrelevantes para la audiencia no estadounidense. Solo tú, Larry, has tenido a Brando. Lo que hubiera dado yo por hacerle una de esas entrevistas de press junket, diez minutos en las que hablar de todo y de nada. Pero él unicamente te quería a ti, al igual que otros. No era cuestión de suerte sino de talento. Para dejar hablar, para preguntar lo que el público quiere saber sin molestar al invitado, para hacer preguntas aparentemente incómodas pero que, en el fondo, no lo eran. Para eso hay que tener arte. Mucho arte. Larry, eres un artista. Hasta siempre. So long.

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