viernes, 23 de diciembre de 2011

Cruise se lo curra

Último cartucho para mantener el estrellato. Esa es la definición de Misión Imposible 4: Protocolo fantasma. Tom Cruise ( y a su manera la Paramount) se ha tenido que tragar el orgullo, agachar la cabeza, y rodar la cuarta parte de la saga tras lo ocurrido con la tercera en 2006. Por aquel entonces, en el culmen del despropósito hollywoodiense, J.J. Abrams firmó una muy entretenida película, fiel al espíritu original, que volvía a resituar la franquicia más o menos donde la dejó Brian de Palma, director de la primera misión imposible, tras la a mi juicio fallida intentona de John Woo en la segunda.

El problema fue que el presupuesto escaló hasta 150 millones de dólares (previo al crack financiero) y las recaudaciones se quedaron muy cercanas a los 400 millones. ¿Dónde está el problema? os preguntaréis. Pues en el acuerdo que Paramount (quien ponía la pasta) tenía con CW Productions, la productora de Tom Cruise y Paula Wagner. No solo les abonaban sus abultados salarios sino un alto porcentaje de la taquilla. Conclusión: Paramount se quedó con calderilla de esos 400 millones. Conclusión 2: ¿Cuánto tengo que recaudar para rentabilizar mi inversión?,¿estamos tontos o qué?. Conclusión 3: Tom y su socia a la puta calle.

Cruise y Wagner fueron recibidos con los brazos abiertos en la Metro con el encargo de resucitar a la histórica filial United Artists (creada por Chaplin, Fairbanks, Pickford, etc en 1919). Con la buena intención de darle lustre eligieron como primer proyecto de la nueva UA Leones por corderos (Lions For Lambs), dirigida por Robert Redford y protagonizada por él mismo, Cruise y Meryl Streep. No salió cara, 35 millones, pero la recaudación en USA fue pírrica: 12 millones. La película no estaba mal pero, como la mayoría de las que dirige Redford, le faltaba chicha.

Luego vino Valkiria, de Brian Singer. Nuevo vehículo de lucimiento para Cruise que se quedó muy lejos de los 400 millones de MI3. Vamos, la mitad. ¿Qué hacer? Lo primero, romper peras con Paula Wagner, cambiar de agente y dejar de hacer el indio en platós de televisión.

Si hay algo que siempre ha caracterizado a Cruise es su ambición. Ambición a la americana, es decir, perfeccionismo exasperante, obsesión por el control, ser el número uno. Por ello, convenció a la Fox para producir una especie de Misión Imposible en clave de comedia en la que él no se llama Ethan Hunt sino Roy Miller y, además, compartiendo cartel con un ángel de Charlie: Cameron Diaz. Noche y día (Knight and Day) no fue un fracaso pero nuevamente recaudó alrededor de 200 millones de dólares. Para que se entienda, Toy Story 3 amasó más de 1.000. Por no hablar de situar los sanfermines en Sevilla.


Creo que todo este tocho es necesario para justificar la existencia de MI4 y de espectaculares escenas como la rodada con cámaras IMAX en el Burj Khalifa de Dubai, el edificio más alto del mundo (828 metros), en la que Cruise, sin dobles, trepa por su fachada, se lanza en caida libre, etc...
Con un reparto al que se incorporan rostros nuevos en la saga como Jeremy Renner, Simon Pegg o Paula Patton, MI4 se desarrolla, como las anteriores entregas, en varios escenarios: India, Rusia, o los Emiratos Árabes. No por casualidad, países donde la crisis mundial a pasado de lado.

Ethan Hunt y su nuevo equipo tendrán que parar a un malo malísimo que no solo vuela por los aires parte del Kremlin sino que planea utilizar armamento nuclear robado contra poblaciones como San Francisco.

Con esta premisa argumental, Brad Bird, procedente de la animación made in Pixar (Los Increibles), recupera todo lo que funcionaba en la película de Abrams (aquí solo productor ejecutivo) y, sin riesgos, nos ofrece un producto que consigue sus objetivos: entretener al espectador y dejarle en más de una ocasión con la boca abierta recurriendo a situaciones ya vistas pero que, con cierta habilidad, funcionan una y mil veces. Incluso se ríe en varias ocasiones de la propia iconografía (las increíbles máscaras que ya no funcionan). Eso sí, no hay que hacerse muchas preguntas. El guión es como la misión: imposible. 

Esta entrada se autodestruirá en cinco, cuatro, tres,... 



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