Bien es cierto que las últimas películas de Star Wars han tenido una postproducción muy larga. Se rodaban un año y se estrenaban dos años después. Red Tails se rodó en 2009, Lucas dirigió los planos adicionales
(llamados pick-ups) en 2010 y el estreno sería en 2012. Es decir, un plazo para el montaje y los efectos visuales superior al de una película de Star Wars. Ya lo he escrito antes: raro, raro. Eso sí, el hecho de que ya se grabe el score no deja de ser una buena señal. Williams lo hacía en febrero y las precuelas se estrenaban en mayo. Para Red Tails no solo están ahorrando costes en la banda sonora (Praga en lugar de Abbey Road con la London Simphony Orchestra) sino que el periodo entre la grabación y el presunto estreno (periodo en el que se suelen terminar los efectos pendientes y se mezcla el audio de la película) es también más largo.
Esto puede deberse a dos cosas: una minuciosidad en el acabado tipo Kubrick/Malick o un resultado final que no termina de satisfacer a George. No hace falta decir por cual me inclino y ojalá me equivoque. El no haber visto ni un teaser, trailer, foto oficial o comentarios de George sobre Red Tails en las numerosas intervenciones públicas (en las que sí ha comentado el lanzamiento en Blu Ray de Star Wars o el reestreno de las seis películas de la saga en 3D a partir de febrero de 2012) da que pensar.
Al final , Red Tails es más que una película. Si funciona, supondría el respaldo del público a un proyecto de Lucasfilm que no está relacionado ni con Star Wars ni con Indiana Jones, el primero desde la fallida (y mala) Asesinatos en la radio (Radioland Murders, Mel Smith 1994). De ser un éxito, seguro que otros proyectos amontonando polvo en alguna estantería o disco duro verían la luz. Desde luego, supondría un pelotazo en Hollywood que una productora independiente, sin la estructura de la Fox o Warner, tuviera dos taquillazos en meses consecutivos. Al estreno de Red Tails en enero habría que añadir las probables buenas cifras de La amenaza fantasma en 3D, que llegará a las salas, recordemos, en febrero del año que viene.
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