domingo, 14 de noviembre de 2010

El último austro-húngaro

Como fan tuyo que soy, te debo esta entrada en el blog. Él no aparecía en sus películas pero siempre colaba el término austro-húngaro. Si el Cielo existe, Luis García Berlanga estará ahora rodeado de pechos, culos y mujeres llenas de curvas, como las que tantas veces vemos moldeadas en las fallas. Descansa ya el mayor referente vivo que tenía el cine español, a pesar de que sus últimas películas, desde finales de los 70, estaban muy lejos de lo que dirigía en pleno franquismo. La censura es risible, lamentable, odiosa, pero, en ocasiones, un acicate para el ingenio. No se entienden las mejores películas de Berlanga sin ella. Tampoco sin el Mediterráneo. Ahora, en otra Ciudad de la Luz, comiendo turrón ( de Alicante, claro) jugará con Buñuel una interminable partida de dominó. Tienen tiempo.

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