lunes, 28 de febrero de 2011

Hollywood se vuelve monárquico

Dicen de ellos mismos que, en su mayoría, son votantes demócratas pero, a la hora de votar, les suele salir un ramalazo monárquico (británico) importante. No solo dieron el premio a mejor película a El discurso del rey sino que la estatuílla también llegó a las manos de Colin Firth, muy merecido, a las del director (Tom Hooper) y a las del guionista (David Seidler). Cosas de la Academia, el alma mater del proyecto y que posibilitó su realización, Geoffrey Rush, se fue a casa de vacío. A La red social, mi favorita, tampoco le fue mal. El reparto estuvo repartido. Merecidos Oscar para Aaron Sorkin, el montaje o la banda sonora. Me alegré mucho por Natalie Portman y por Christian Bale, al que casi siempre le robaban la tostada sus compañeros de reparto. También muy justo el darle más de un premio a Toy Story 3, la película del año, aunque sea para el cansino de Randy Newman.

La gala fue muy normalita. Tanto a Franco como a Hathaway les falta la chispa de un Billy Cristal o un Steve Martin, capaces de sacarse el mejor gag en una improvisación rápida. Se les notaba mucho que seguían el guión al dedillo. Muy enternecedor lo de Kirk Douglas y sorprendente y guapísima Gwyneth Paltrow. Fue un motivo de orgullo ver ahí arriba presentando a Javier Bardem pero anduvo muy forzado. No es lo suyo. Todo no lo tiene que hacer bien.

Pocas sorpresas y bastante justicia. El hecho de que el apartado In Memoriam sí aparecieran Claude Chabrol  o Dario Marianelli nos demuestra que Luis García Berlanga, omitido en el vídeo, injustamente, solo ha sido profeta en su tierra.

viernes, 18 de febrero de 2011

Buen discurso Colin

Suelen tener algo en común todas las películas, al menos las recientes, en las que se retrata algún episodio de la biografía de un monarca británico. Con el (comprensible) afán de que el espectador sienta empatía hacia el protagonista, se suele caer siempre en el retrato amable, humano y ciertamente cortesano de la figura en cuestión. En el caso que nos ocupa, además, han elegido para dar vida a Jorge VI a Colin Firth que, en el subconsciente del espectador medio, siempre aparece como un tipo bonachón y blando. Aquel al que las mujeres quieren como amigo y no como amante. En ese aspecto, sabia decisión. Si a eso sumamos las dos preciosidades de niñas que hacen el papel de las entonces infantas Isabel  y Margarita, que no es que fueran cocos pero andaban cerca, nos acercamos al origen de mi planteamiento original. Para terminar, y fuera de lo estrictamente cinematográfico, un olvido imperdonable. A las 24 horas se ser coronado rey, a Jorge VI le lanzaron un órdago desde Irlanda, el comienzo de su independencia. Ni mención en la película aunque estaría más que justificado para argumentar el alto nivel de estrés al que estaba sometido desde el minuto uno de su reinado.

Dicho esto, la película está francamente bien hecha, Es uno de esos dos o tres títulos al año hechos por y para los Oscar. Una afirmación nada gratuita si se tiene en cuenta que los productores ejecutivos son los hermanos Weinstein, que desde que dejaron Miramax necesitaban un título como este para volver a colocarse en el lugar que ocupaban en los tiempos de Pulp Fiction, La vida es bella o Shakespeare In Love. Es esta una apuesta muy medida y no por ello fallida.

Tiene que ser una gozada para cualquier actor que te llegue un papel como el de los dos protagonistas de El discurso del rey (The King's Speech). Por razones obvias, Geoffrey Rush (que también es productor ejecutivo) se ha quedado con el agradecido personaje de Lionel Logue, el logopeda autodidacta que acaba corrigiendo gran parte de la tartamudez de Bertie, apodo familiar de Jorge VI. Por esas razones absurdas de la academia de Hollywood y otras del pelo, le están nominando como secundario cuando es tan protagonista como Firth. Es más, en los créditos aparecen simultáneamente, uno a la derecha y otro a la izquierda y no uno encima del otro. Que quede claro. Sobresaliente el lustroso elenco de secundarios: Derek Jacobi, Michael Gambon, Timothy Spall, Helena Bonham Carter (experta en papeles de esa época) o Guy Pierce, algo más parecido físicamente a los Windsor.

No quiero quitarle mérito a Colin Firth. Lo borda. Es un papel complicado del que sale más que airoso cuando hubiera resultado muy fácil caer en la parodia no buscada. Una pena la versión doblada. Aquí chirría tanto como en My Fair Lady, que también iba de acentos y dicciones.

Lo malo de El discurso del rey es que, de lo bonita que es, resulta anodina.

martes, 15 de febrero de 2011

¿Qué pasa con Red Tails?

Raro,raro, raro, que diría papuchi. Algo pasa a esa película producida ejecutivamente por el tío George (Lucas) llamada, hasta ahora, Red Tails. El título hace referencia al sobrenombre con el que se conocía a los pilotos Tuskegee, un grupo de militares norteamericanos negros a los que, básicamente por discriminación racial, no se les permitía entrar en combate durante la Segunda Guerra Mundial hasta que las cosas se pusieron tan feas que el gobierno yanki no tuvo más remedio y en 1944 mandaron a Europa a los resignados e infrautilizados pilotos a que se batieran el cobre. En realidad a hacer algo a lo que los pilotos de la RAF habían sacado un dedo y los rostros pálidos también: escoltar a los bombarderos a plena luz del día. Una especie de Operación Pónganse Detrás del Moreno. No hace falta decir que salieron de aquello como héroes.

La premisa promete. Todos recordamos que George Lucas enderezó los terribles retrasos acumulados en los efectos de la primera Star Wars (1977) montando planos de combate aéreo de la Segunda Guerra Mundial y pidiendo que los copiaran tal cual, cambiando la torreta del bombardero por la del Halcón Milenario y al Messerschmitt por un caza TIE. Sabiendo que Lucas quedó encantado con el (impresionante) trabajo que ILM hizo en Pearl Harbor (2001), y el tiempo que ha pasado desde entonces, es de esperar que los combates aéreos de Red Tails sean lo más. Además, el reparto es de los más competente. Desde Terrence Howard a Cuba Gooding jr. pasando por el inefable Bryan Cranston (Breaking Bad).

Pero luego ves que el equipo técnico está lleno de jóvenes (y más baratos) talentos, que no hay compositor oficialmente asignado para la banda sonora ni un gran estudio que vaya a distribuir la película, financiada, como es habitual, por Lucasfilm, Ltd. ¡Y eso que el rodaje fue en marzo de 2009! A todo esto, en sucesivos estrenos o eventos de otras películas van preguntando al reparto sobre Red Tails y estos contestan que creen que el estreno será en tal o cual fecha. Vamos, ni puta idea de lo que ronda por la muy poblada cabeza del tío George. Luego, el director elegido, negro también, fue Anthony Hemingway, que venía de rodar episodios de CSI, The Wire, Urgencias y otras series. Esta es su primera película, aunque para los planos adicionales ha sido el mismísimo tío George quien se ha puesto detrás de la cámara, de los monitores más bien. Esto pasó en marzo del año pasado, ya ha llovido, y Hemingway no pudo hacerlo, oficialmente, porque estaba rodando Treme para HBO. Con todos estos datos, y a riesgo de equivocarme, he sacado las siguientes conclusiones:

  1. Está muy claro que George Lucas está dirigiendo la película en toda la fase de post producción, la que más le gusta a él porque no tiene que hablar con los actores. Hemingway cobrará su cheque, aparecerá en los créditos y, a ser posible, calladito y asegurando que aprobó cada plano. Ya ya.
  2. El rotundo éxito de Avatar (2009) les habrá hecho replantarse una conversión, aunque forzada, a 3D.
  3. Los costes, seguramente, se habrán disparado y habrá nervios en Skywalker Ranch.
  4. El hecho objetivo de que, después de casi dos años, no haya ni un poster, ni un mísero teaser,  ni fotografías oficiales ni comentarios de Lucas, McCallum y compañía vendiendo el producto solo puede significar una cosa: NO LES GUSTA LO QUE TIENEN Y NO SABEN MUY BIEN QUÉ HACER CON RED TAILS. Así de claro.
Solo así se puede explicar que Lucas haya anunciado a bombo y platillo el lanzamiento de Star Wars en Blu Ray, el reestreno de las películas en 3D a partir de 2012 o la inauguración de la nueva atracción Star Tours en los parques Disney. Y de Red Tails ¡qué! nada de nada. Mal asunto.


Luego dirán que estas cosas llevan su tiempo, que todo estaba previsto y bla, bla. Lo peor es que mucho me temo, y ojalá me equivoque, que después de verla, un año de estos, me preguntaré: ¿Y para este bodrio han tardado tanto?

lunes, 14 de febrero de 2011

Disney se desenreda

El título de Enredados (Tangled) no era un buen augurio. Los últimos estrenos animados de Disney no habían convencido o, peor aún, se habían visto totalmente eclipsados por las obras maestras que Pixar estrena. Al final, Mickey lanzó una OPA a Buzz Lightyear, John Lasseter se puso al frente de la división de animación y, como primera medida que lanzaba un claro mensaje de cambio de rumbo o, mejor dicho, una vuelta a las raíces, se dio luz verde a la producción en 2D con animación "tradicional"de Tiara y el sapo (The Frog Princess) con canciones de Randy Newman (colaborador habitual de Pixar). No estaba mal pero era demasiado sudista. Mucho manglar y vudú. Si a la primera no aciertas de pleno empiezan los problemas, más aún si Up y Toy Story 3 son dos megaéxitos incontestables a todos los niveles. Segundo intento. Esta vez hay que dar en el clavo. Sí o sí. ¿Qué hacer? Pues lo que los entonces jóvenes ejecutivos encabezados por Jeffrey Katzenberg hicieron a mediados de los 80 (cuando Disney estrenaba Taron y el caldero mágico u Oliver y su pandilla): sangre fresca en los guiones y un retorno a las adaptaciones de cuentos clásicos aderezados con pegadizas (y también ñoñas) canciones. Primero La sirenita, luego La bella y la bestia, Aladdin o El rey león (esta con guión original no literario). Con sus altibajos, esta época se cerró con un culmen artístico que no taquillero (El jorobado de Notre Dame) y otro taquillero que no artístico (Tarzán). A pesar de títulos notables como Hermano OsoAtlantis o Bolt hubo planetas del tesoro, pequeños pollos o robinsones que tenían que competir con edades de hielo u ogros verdes, además de con los títulos made in Pixar. Lo dicho, tocaba volver a lo que saben hacer como nadie: El cuento de hadas clásico. Eligieron Rapunzel de los hermanos Grimm y, para las canciones y la música, de nuevo llamaron al olvidado Alan Menken. Además, pusieron al frente del proyecto a Glen Keane, veterano animador de época dorada de los 90 y a Dean Wellins. Amantes del mestizaje, intentaron aunar lo mejor de la animación tradicional y la creada en un ordenador en un estilo visual muy actual pero con el feeling de los clásicos de siempre. No era tarea fácil. Digan lo que digan, las recaudaciones de Tiara y el sapo pusieron histéricos a los ejecutivos que veían peligrar su poltrona en el consejo al saber que lo siguiente que se estaba cociendo era otra historia de princesas con canciones por lo que, seguro, mandaron cambios en la historia y retocar los números musicales. Seguramente esto provocó la salida de los directores y su sustitución por Nathan Greno y Byron Howard. Por si esto fuera poco, los costes se empezaban a disparar, algo lógico si se cambian muchas cosas con la producción bien avanzada, siendo esta en 3D.


No sé lo que hubiera salido del primer proyecto pero lo que he visto me ha encantado. Las tres dimensiones funcionan a las mil maravillas, la película derrocha color, luz y buen ritmo. Los personajes están bien definidos, especialmente algunos secundarios, lo que redunda en el resultado final. Escenas memorables como la de los farolillos, la espectacular recreación de la ciudad del castillo o las persecuciones a lo largo de la película hacen de Rapunzel, quiero decir Enredados (título que demuestra los nervios e inseguridades), un excelente entretenimiento que vuelve a colocar a Disney en los niveles artístico y técnico que merece. A lo tonto a lo tonto ya han llegado a las 50 películas. Ahora sí, de nuevo, esperaremos con ansias la siguiente.

martes, 8 de febrero de 2011

¡Streep es Thatcher!


Uno muy breve. Acabo de ver la primera foto de Meryl Streep caracterizada como Margaret Thatcher para la película de Phillida Lloyd La dama de hierro (The Iron Lady). La ha distribuido Phaté, una de las productoras y distribuidoras. El parecido es evidente. Buen trabajo de maquillaje y peluquería. Ya se huele, debido a la trascendencia del personaje y la facilidad de Streep para los acentos, la nominación al Oscar. Primero fue la reina Isabel, ahora el tartaja y mañana la Thatcher. Al tiempo.

lunes, 7 de febrero de 2011

Arranca (por fin) The Hobbit

Será el 21 de marzo cuando, por fin, Peter Jackson grite ¡acción! para rodar los primeros planos de El Hobbit, una de las películas (aunque serán dos) más esperadas desde que se anunciara su producción. Una verdadera lástima que el bueno de Guillermo del Toro y su repleta agenda de compromisos no le permitieran rodarla a causa de los aplazamientos del rodaje. Y no será porque no se dejara la piel en la pre-producción. Habrá que saber cuantos de sus inputs queda al final.

Parece como que los astros se han alineado, que los elfos han usado su inmortal capacidad de hacer magia o que el poder del anillo realmente existe y ha intercedido para que Jackson sea el (lógico) capitán de este barco, el padre de la criatura. Una criatura para la que han sido necesarias fecundaciones in vitro en forma de capital aportado por Warner a las vacías arcas de una mítica pero paupérrima Metro Goldwyn Mayer y que Jackson haya querido hacerse responsable del bebé y no solo producirlo, a pesar de que, antes de su nacimiento, ya le ha provocado una úlcera sangrante (por la que fue ingresado de urgencia el pasado 23 de enero) que ha pospuesto el rodaje previsto para este mes  y, seguro, varias cefaleas agudas en forma de incendios, huelgas, subvenciones, etc...

Esperaremos hasta finales de 2012 para ver la primera parte pero lo escuchado hasta ahora promete, como mínimo, continuar con lo ya disfrutado en la trilogía de El señor de los anillos. Para empezar, repiten sus personajes Ian McKellen (Gandalf), Cate Blanchet (Galadriel), Andy Serkis (Gollum) y Elijah Wood (Frodo). Obviamente, y por cuestiones de edad, el genial Ian Holm no será Bilbo sino Martin Freeman (ver foto), un tipo con una más que evidente cara de hobbit que puede funcionar a las mil maravillas. Como Watson, en la nueva y televisiva Sherlock Holmes, encaja. ¿Sustituirá posteriormente ala George Lucas a Holm en la trilogía original por Freeman? Sería una escusa perfecta para una "Edición Especial". Mejor no dar ideas.

El resto del reparto es bastante desconocido. Richard Armitage, como Thorin “Escudo de Roble”, la voz cantante de los enanos, Aidan Turner Robert Kazinsky serán Kili y Fili, Graham McTavish interpreta a Dwalin, John Callen da vida a Oin, Stephen Hunter a Bombur, Mark Hadlow en el papel del enano Dori y Peter Hambleton comos Gloin.


Ya hay rumores de que han hecho las paces después de su despido fulminante de King Kong. Ojalá, porque es difícil imaginar el universo de Tolkien sin las melodías de Howard Shore.