domingo, 31 de julio de 2011

Por fin Red Tails

20 de enero de 2012. Esa es la poco lucasfilmiana fecha elegida para el estreno (en USA al menos) de Red Tails, de la que hemos hablado en varias entradas. El primer trailer ya está disponible online en Yahoo.

Lucas decidió continuar con Star Wars, empezando con las ediciones especiales, cuando vio las animaciones de ILM para Jurassic Park. Seguro que la bombillita de Red Tails se encendió cuando sus chicos realizaron los combates aereos de Pearl Harbor para Michael Bay. El trailer recuerda un rato a las piruetas de Zeros y Douglas. Incluso la música elegida y la fotografía, con abundantes tonos de atardeceres para las escenas en tierra.

La totalidad de nombres con gancho del reparto aparecen pero llama mucho la atención que no se mencione al director. A Lucas no hacía falta porque aparece el logo de su compañía. Parece que la distribución tendrá diferentes nombres por todo el mundo, tal y como ocurrió con Willow en 1988.



Hay que reconocer que tiene buena pinta aunque los diálogos, sí, otra vez, me han chirriado. Esperaremos.

jueves, 28 de julio de 2011

Good Bye, Harry Potter

A lo grande. Sólo de esta manera podía finalizar esta saga cinematográfica, la más rentable de la historia. La primera parte de las dos en las que se dividió la novela de J.K Rowling, con escasas escenas de pura acción, mucho diálogo y desarrollo de personajes propio de otra clase de películas, unicamente podía justificarse si el epílogo iba a ser un tour de force repleto de pirotecnia, hechizos, respuestas y, por supuesto, el anticipadísimo encuentro final entre Harry Potter y Lord Voldemort. De todo eso hay en Las reliquias de la muerte Parte 2 (Harry Potter and the Deathly Hallows: Part 2) aunque, como en toda la serie, sales del cine con sensaciones contrapuestas.

Algunas secuencias quitan el sentío, flipantes en 3D, pero, ocurre frecuentemente en cualquier historia con infinitos personajes a los que dar su final, se crea un barullo muy chungo de seguir. No deja de ser rutinario, del montón, un dejá vu, el esperado cara a cara. ¿Y para esto tanto rollo?, te preguntas.

Siempre que hable de estas 8 películas diré lo mismo: es el ejemplo perfecto de lo que siempre ha funcionado, a nivel técnico ojo. Presupuesto de Hollywood pero rodado por profesionales europeos, británicos concretamente. Si tengo que destacar algo por encima de todas las cosas es la inmejorable factura de todas y cada una de las partes, de la primera a la última. Por eso, antes que cualquier otro nombre, quiero poner en lo más alto del podio a Stuart Craig. Después de dar muestras sobradas de su talentazo en Superman, Un puente lejano, Gandhi, La misión, Chaplin, Las amistades peligrosas o Memphis Belle, se embarcó en un proyecto que le ha ocupado los últimos diez años de su vida y que le coloca a la altura de grandes directores artísticos británicos como Ken Adam o Peter Lamont, ya retirados. La traslación a imágenes de todo el universo de J.K Rowling, dotándole de ese look tan intemporal y al mismo tiempo contemporáneo, sin perder de vista la función de uniformizar la estética de la saga a lo largo de todas sus entregas, ha tenido que suponer un esfuerzo digno de varios oscars, BAFTAs o cualquier otro premio imaginable. Pura coherencia estética, a pesar del oscurecimiento progresivo de las tramas y la madurez de sus protagonistas principales.

Luego están los responsables de uno de los repartos más completos y complejos que recuerde. Además del trío Harry, Ermione y Ron, había que encontrar al resto de compañeros de clase, profesores, familias, villanos y un largo etcétera. El resultado no podía ser mejor. Si tengo que elegir, me quedo con las aportaciones de Alan Rickman y Ralph Fiennes. Los papeles oscuros siguen siendo más agradecidos y los matices de Severus Snape (Rickman) son de lo mejor de toda la saga.

En cuanto a los guiones, es de justicia admitir que Steve Kloves no lo ha tenido nada fácil y ha acabado con nota sus adaptaciones literarias, casi imposibles en los últimos títulos, mucho más largos y de los que había que quitar abundante material, quedarse con la esencia argumental, que el espectador no se pierda y con acción suficiente para que no se duerma. Suerte para él que con el último libro le han dado cuatro horas largas en lugar de dos. Y se nota. Los problemas de la trama en La orden del fénix, El cáliz de fuego o El príncipe mestizo han pasado a un segundo plano. Eso sí, es del género bobo engancharse a las aventuras o, mejor dicho, desventuras de Harry Potter en el tramo final. Quien haya visto Las reliquias de la muerte o sus inmediatas predecesoras no se habrá enterado de nada, pero no por culpa de las películas. Empezar por el final casi nunca es recomendable aunque este se siga con bastante facilidad, salvo en su primera media hora, incomprensible para no iniciados.

Probablemente, David Yates, el director de las cuatro últimas entregas, ha salido muy curtido de esta experiencia, que le habilita para embarcarse en proyectos de gran presupuesto donde su control artístico es limitado. Uno más de tantos cineastas de encargo cuya personalidad cuesta encontrar entre tanto productor con derecho a opinar, siete en esta película y Rowling una de ellas.

Me quedo con el granito de arena aportado por Alfonso Cuarón en El prisionero de Azkabán, tercer capítulo y punto de inflexión con respecto a los rodados por Chris Columbus. El giro al infierno que supo dar a la trama sentó las bases del desarrollo del resto de la serie, apoyado por la iconmensurable banda sonora de John Williams, cuyos temas para Harry Potter han sido bien aprovechados por Alexandre Desplat en esta espectacular traca final. Las ganancias son tantas que dudo mucho que entierren el filón. Como con Drácula, cualquier conjuro bien apañado será capaz de devolver a la vida al que no se puede nombrar. Me juego mi Nimbus.

viernes, 22 de julio de 2011

Avance de las escenas inéditas de Star Wars de la edición Blu Ray

Los auténticos frikis de Star Wars, entre los que me incluyo, esperamos ansiadamente el lanzamiento, una vez más, de nuestras idolatradas peliculitas en formato Blu Ray. Las razones son variadas pero la más importante para mi es que se trata de la escusa perfecta para comprarme el reproductor. Y en lo que al producto se refiere: LAS ESCENAS INÉDITAS!!! de los episodios IV,V y VI, los buenos.

Es razonable entender que nos haga muchísima ilusión poder sentarnos en el sofá y ver, repetidas veces, algunas de las escenas de las que hemos oído hablar, hemos leído en publicaciones de mayor o menosr reputación o, incluso, apreciar en los trailers originales.

A modo de avance, Lucasfilm y la Fox han colgado un vídeo en You Tube avanzando el extra más deseado de la historia.

En él aparecen varias escenas ya anunciadas o vistas como:

-Luke finalizando de fabricar su sable laser en una cueva de Tatooine al comienzo del episodio VI
-Luke, con un ridículo sombrero playero, observando el cielo con sus prismáticos junto a un evaporador de humedad durante los primeros minutos del episodio IV, que ya aparecía en el CD "Behind The Magic"
-La tormenta de arena de El retorno del Jedi en la que se puede ver el Halcón Milenario construído a tamaño natural.
-R2D2 huyendo por las galerías de la Base Echo de Hoth, que está siendo atacada por ortopédicos Wampas
-Asalto de las tropas rebeldes al generador de escudo magnético de Endor durante la batalla con los ewoks.

O solo es en el vídeo de avance o me temo que el tío George (Lucas) va a incluirlas sin pulir, con todos los defectos de grano, arañazos, sin efectos visuales o de sonido, música, nada de nada. Será para la edición Blu Ray 3D. Vamos, digo yo.

miércoles, 20 de julio de 2011

Presentación de Tintín en París y War Horse en Londres

Había que escenificar la vuelta del Spielberg de siempre. Da igual que sea en Europa o en Estados Unidos. Las apariencias son las apariencias. Con sus inseparables viseras y deportivas aunque con americana, Spielber primero se pasó por Londres para hablar de War Horse y de las lágrimas que soltó toda su familia, él incluido, cuando vieron la versión teatral del libro de Malpurgo. Parece ser que fue la inefable Kathleen Kennedy la que le sugirió que fuera a verla. Y el impacto debió de ser grande porque este ha sido uno de los proyectos que más rápido ha puesto en marcha Spielberg. No apto para los de lágrima fácil

Todo lo contrario que Tintín. Desde 1983 llevaba este proyecto aparcado. Ya hemos hablado de él un par de veces y ya falta menos.

Las aventuras de Tintín: El secreto del Unicornio se presentó ayer en París. Como ya le ocurriera a Poirot, la sombra de la marsellesa es muy alargada. Bélgica no existe para los americanos. ¿No hubiera sido lógico que el acto tuviera lugar en Bruselas?. El caso es que Spielberg, Kathleen Kennedy, Andy Serkis (Capitán Haddock) o Jamie Bell (Tintín), acompañados de Peter Jackson (que ha parado el rodaje de El Hobbit momentaneamente), se juntaron para poner los dientes largos al personal con algunos fragmentos de la película, en 3D claro, y empezar a hacer ruido mediático, que en el caso de USA tiene que ser estruendo dado el desconocimiento del mítico reportero por aquellos lares. De hecho, se tienen que trasladar esta semana hasta San Diego para hacer la misma presentación en el Comic Con 2011. De ambos actos tendremos sensaciones varias en numerosos foros.

El resto de los mortales podemos admirar el curro de tres años en un nuevo trailer bastante más largo y que da muchas pistas del argumento. "Se tarda unas cinco horas para animar un fotograma, multiplicado por 24 y luego por 93 minutos", ha dicho Spielberg sobre el proceso de creación de la película. Es evidente que la puesta en escena es brillante pero a mí me siguen sin convencer los personajes "humanizados". Tampoco Milú. Es solo una impresión. Seguiremos informando.

jueves, 14 de julio de 2011

Red Tails podrá verse el 29 de julio en Wisconsin

Ni web oficial, ni teaser, ni trailer, ni poster, ni fotografías oficiales. Nada de nada. Por primera vez en la historia de Lucasfilm, un grupo de frikis de la aviación van a poder ver en primicia una película del tío George de la que los demás apenas sabemos o, mejor dicho, hemos visto nada. Hablo de Red Tails, título que hace referencia a las colas rojas de los cazas pilotados en la Segunda Guerra Mundial por los conocidos como Tuskegee, militares negros a los que no se permitía entrar en combate pero que acabaron como héroes al ser los únicos que se prestaron a escoltar a los bombarderos aliados en misiones a plena luz del día sobre territorio enemigo.


Las últimas noticias, no oficiales, hablaban de Terence Blanchard grabando el score en Praga hace un mes y pico. Curioso por lo menos. Al final, Lucas en persona presentará la película, dirigida en principio por Anthony Hemingway, ante un grupo de fanáticos de la aviación que celebran su megaconvención anual cuya web oficial es esta. En los días previos se proyectarán títulos como Top Gun o Peligro inminente, esta última presentada por su protagonista, Harrison Ford, un consumado piloto y miembro de la asociación organizadora del sarao.

Recordemos que en el reparto de Red Tails están: Terrence Howard, Cuba Gooding Jr., Nate Parker, David Oyelowo, Tristan Wilds, Method Man, Lee Tergesen, Ne-Yo, Elijah Kelley, Andre Royo, Jesse Williams y Bryan Cranston.

Anthony Hemingway anunció en Twitter que el estreno oficial sería en enero de 2012.


Lo dije en su día y lo repito: raro, raro, raro. Dudo que vean toda la película. Como mucho algunas de las secuencias aéreas más impresionantes que dejen flipado al personal, se pongan a escribir como posesos en sus blogs y aumenten la inesistente expectación por Red Tails.

miércoles, 13 de julio de 2011

Schwarzenegger cumple lo prometido

The Last Stand. Ese es el título provisional del anunciado proyecto elegido por Arnold Schwarzenegger para retomar su carrera cinematográfica tras su paso por la política californiana y su protagonismo mediático en un episodio salido de Californication. Sí, amigos, él prometió volver y lo va a cumplir.

Recuerdo como si fuera ayer la entrevista que le hice con motivo del estreno de Terminator 3. Muy profesional, accedió a todo lo que le pedí pero me transmitía mal rollo, pose, falsedad. Lo que solo era una sensación se transformó en evidencia cuando uno de los colegas que me precedió le entregó un regalo envuelto hecho con todo el cariño por un grupo de fans. Lo cogió, soltó un thank you con desdén y lo dejó sobre una mesilla en la que tenía un vaso de agua y el puro que ocultaba a las cámaras. No volvió a mirarlo y allí lo dejó cuando acabó las entrevistas. Al menos me queda el consuelo de que los autores del detalle creerán que se lo llevó a su mansión californiana y, a lo mejor, se lo regaló a su chacha: "Toma chata, un souvenir de España. No se lo digas a María que me la monta y todavía no soy governador".

A pesar de esto, reconozco que disfruté como un enano viendo su cameo en Los mercenarios (The Expendables, 2010). Yo, si fuera él, no me lo pensaba y me apuntaba a la secuela que van a rodar. Es un reparto coral, con mayor peso de Stallone y (casi) un éxito seguro.

Este proyecto, dirigido por Kim Jee-Woon (El bueno el feo y el raro, Dos hermanas), en el que dará vida a un sheriff pasado de vueltas que busca tranquilidad en un pueblo fronterizo tras su paso por la policía de Los Ángeles me recuerda a lo que intentó Sly con la magnífica Copland. Pero sin Robert de Niro o Harvey Keitel. Está claro que no ha buscado un blockbuster sino una peli pequeña, de presupuesto bajo, de riesgo bajo, intentando demostrar que es más actor que antes (fácil) y que es capaz de aguantar un papel protagonista en plan Clint Eastwood (difícil). Eso sí, él se llevará la mitad de la pasta para empezar.

lunes, 11 de julio de 2011

Michael Bay no se transforma

Recuerdo muy bien el buen sabor de boca que me dejó Dos policías rebeldes (Bad Boys,1995) al salir del cine. No me esperaba nada del otro jueves y si fui a verla era porque suponía el regreso a los blockbuster palomiteros de Don Simpson y Jerry Bruckheimer (productores de Superdetective en Hollywood, Flashdance o Top Gun) tras abandonar la Paramount rumbo a Disney. El director de aquel divertimento era un tal Michael Bay, procedente (como tantos de aquella época) del mundo del video clip, cuna de las últimas tendencias creativas y paranoias de chavales con delirios de grandeza.


De la mano de Simpson y Bruckheimer (hasta que el primero estiró la pata en una de sus famosas "fiestas") llegaron  La Roca (The Rock, 1996), en la que descubrí o, mejor dicho, sufrí su peculiar estilo de montaje anfetamínico, principalmente en la mareante persecución por las calles de la muy cinematográfica San Francisco, Armageddon (1998) o como alargar hasta el aburrimiento una película que arranca bien pero que acaba cayendo, uno por uno, en todos los tópicos imaginables, Pearl Harbor (2001), de la que se salva su magnífica hora central pero que, por eso de intentar emular a James Cameron y su Titanic (hasta se rodó parte en los mismos estudios de Baja California) o de mezclar Tora!,Tora!,Tora!(1970) con De aquí a la eternidad (1953) introduce un ñoño, estúpido y poco creíble triángulo amoroso en un ejercicio de megalomanía del que recuerdo la cara que puso Josh Hartnett cuando le pedí comparar los estilos de Bay y de Ridley Scott, con quien había rodado Black Hawk Derribado. Un gesto valió más que mil palabras.

Después de la bofetada en la taquilla, Bruckheimer le diría algo así como "baja del Olimpo, chaval" y no le quedó más remedio que rodar la secuela de Dos policías rebeldes (2003) que, ahora sí, daba con creces lo que el público esperaba de ella, con alguna secuencia más que espectacular.

Ya sin Bruckheimer, Michael Bay fue a resguardarse de la lluvia a otro paraguas, el de su ídolo Steven Spielberg, es decir, Dreamworks, donde rodó la interesante pero olvidable La isla (The Island, 2005). Como los yankis dieron la espalda (y bien) a la película, Michael Bay tuvo que aceptar a regañadientes el siguiente proyecto que le ofreció el mismísimo Spielberg: adaptar a la gran pantalla las luchas titánicas recreadas en millones de habitaciones de críos americanos entre Decepticons y Autobots. El resultado, la entretenidísima y espectacular Transformers (2007). Aquí la cosa salió muy bien, visualmente tenía todos los alicientes ( tanto las animaciones de ILM como las curvas de Megan Fox) y Hasbro multiplicó sus ventas de juguetes. Había filón.

Bay siempre se escuda en que la huelga de guionistas obligó a comenzar el rodaje de Transformes:la venganza de los caídos (2009) con solo 14 páginas de guión escritas. Muchas me parecen. Creo que pocas veces he visto algo tan vacío, superficial e inconexo que esa película. Y menos mal que la sufrí en una sala IMAX. Aburrida hasta decir basta.

Lo curioso ( a lo mejor debería mirármelo) es que, a pesar de todo lo que he escrito, fui a ver Transformes: el lado oscuro de la luna, entre otras cosas, porque peor no podía ser. Estaba en lo cierto. Primer cambio fundamental, el despido fulminante de Megan Fox (el propio Spielberg la mandó a la calle cuando se enteró que la niña había comparado a Bay con Hitler) y su sustitución por otra muñeca de apellido impronunciable pero que se puede copiar y pegar: Rosie Huntington-Whiteley. Muy mona, la verdad.
El comienzo es bueno, con ese homenaje estético e histórico a la tripulación del Apollo 11 y el afortunado hallazgo narrativo de lo que estos hicieron durante el apagón de señal de la retransmisión y del verdadero motivo del alunizaje. Todo muy Armageddon, muy Michael Bay y con las 3D funcionando.

Lo malo es que, a partir de ahí, todo se vuelve repetitivo. Me pregunto si los diálogos los escribe Michael Bay en persona. Son muy sospechosos los lugares comunes que se visitan en toda su filmografía: chistes fáciles, todo el mundo habla a mil por hora, mucho "todos juntos podemos", "sabía que podía confiar en tí", "jamás nos rendiremos""vamooooooooos". Frases con barras y estrellas de fondo, música reciclada zimmeriana y el inevitable plano de varios indivíduos caminando a cámara lenta con pinta de hechos polvo. Poco importa si resulta inverosimil cómo es posible que los protagonistas humanos salgan ilesos de un rascacielos que se parte en mil pedazos con ellos dentro, por mencionar solo una.

Sigue siendo muy larga, a ratos pesada y tremendamente pretenciosa. Eso sí, al cesar lo que es del cesar. Ha sabido, en la mayoría de las ocasiones, sacar buen provecho de la filmación en 3D y algunas secuencias resultan vistosas. Ahora bien, mi gag favorito tiene lugar en la grandiosa empresa del villano (esquemático y poco creíble papel para Patrick Dempsey) que en realidad es el Milwaukee Art Museum diseñado por Santiago Calatrava. Cuando Shia Labeouf entra con su chica y alaba la arquitectura, Dempsey responde: "no creas, tiene goteras". Vamos, como si conocieran la obra del valenciano al dedillo. Me parto.

viernes, 8 de julio de 2011

Secretos de Comic Con 2011

Ya se conocen practicamente todos y cada uno de los participantes de este año en el Comic Con. Evento destinado en principio para, como su propio nombre indica, hablar, debatir y conocer a autores de toda clase y condición del mundo del cómic. Pero, desde ya hace unos cuantos lustros, también se ha convertido en la mayor plataforma publicitaria de los grandes estudios de cine, que aprovechan para trasladar hasta San Diego a estrellas y equipos técnicos de sus títulos con más gancho para el público adolescente, muchos de ellos relacionados con personajes procedentes de novelas gráficas o los superhéroes de los universos Marvel o DC. Así, en 2011 pasarán por allí del 21 al 24 de este mes de julio, entre otros muchos,los protagonistas de la saga Crepúsculo. Sin embargo, nos ha llamado la atención que 20th Century Fox mantiene en secreto los protagonistas de su panel, previsto el jueves 21 de las 15.15 a las 16.30. Toca pues especular.

No sería descabellado que, retomando otras entradas previas de este blog, George Lucas aprovechara este trampolín para mostrar algunas de las (seguro) espectaculares secuencias de combate aéreo de Red Tails (estreno previsto para comienzos de 2012), la carrera de vainas convertida a 3D de La amenaza fantasma (que llegará en febrero del año que viene) o que James Cameron adelantara parte del metraje, ahora también estereoscópico, de Titanic, que volverá a los cines coincidiendo con el centenario del hundimiento del mítico trasatlántico. O puede que las tres cosas. El margen de maniobra es estrecho aunque seguro que El origen del planeta de los simios (en los cines el mes que viene y que tiene muy buena pinta) tendrá un papel protagonista. La apuesta es fuerte y su éxito resucitaría una de las franquicias más populares de la Fox que a punto estuvo de hundir Tim Burton. Tampoco convendría perder de vista a otra de las franquicias que el estudio ha maltratado sin piedad: la de Alien. No hay que descartar que Ridley Scott y el reparto de Prometheus, una especie de precuela más o menos tangencial a la saga del octavo pasajero, ocupen el escenario para comentar el que, sin duda, es uno de los platos fuertes del año que viene.

jueves, 7 de julio de 2011

Secuela fotocopia

Al ver Resacón 2,¡Ahora en Tailandia! (The Hangover Part II) ocurrió algo curioso. Fui con tres amigos del colegio, compañía idónea para enfrentarse a una patochada de semejante calibre. Dos de nosotros habíamos sufrido la primera resaca en Las Vegas y el tercero iba sin alcohol ni estupefacientes en la memoria. Conclusión: se lo pasó teta. Los demás teníamos la sonrisa dibujada a ratos pero sin grandes carcajadas, menos al final. El recurso de las fotos de la noche espídica en Bankok acompañando a los créditos es, de lejos, lo mejor de la película. Paupérrimo balance.

Hay que reconocer al menos que Tod Phillips y su cuadrilla se han tenido que estrujar el cerebro para sacar adelante un guión calcado a su predecesor en el que solo se cambia el escenario y el animal. Nada más. El éxito incontestable de esta comedia es la prueba empírica de por qué el ser humano se agarra toñas una y otra vez, los mismos pedos, la combinación etílica exacta y calcadas consecuencias: un clavo de puta madre y, ocasionalmente (dependiendo del sujeto), síntomas claros de amnesia.

Da un poco la impresión de que millones de espectadores, en el fondo, desearían experimentar, aunque solo sea por una noche, una juerga en la que amanezcan sin un diente, un dedo, sodomizados por un travesti, la cara tatuada y con la policía o las mafias locales en los talones sin saber a santo de qué. Ahora bien, mis juergas que sean las de Bradley Cooper (Phil) o Justin Bartha (Doug). Habrá otros que se identifiquen más con Ed Helms (Stu) o el friki Zach Galifianakis (Alan). En serio, hacéroslo mirar.