lunes, 26 de octubre de 2015

Citius altius fortius

La expresión del título, más rápido más alto y más fuerte, procedente del olimpismo, bien podríamos aplicarla en este caso a la música sinfónica, en concreto a la desplegada ayer en el auditorio principal del Palacio Euskalduna de Bilbao por la Film Symphony Orchestra.

Entre los muchos méritos que atesora este voluntarioso proyecto, pionero en España, está el de unir en las butacas a un heteregéneo grupo de personas de todas las edades con la común afición de la música de o para las películas. El carácter evocador de las bandas sonoras las dota de una capacidad enorme para tocar nuestra fibra sensible o,sencillamente, ser nuestro particular DeLorean y viajar en el tiempo. Cada cual al suyo, más o menos cercano.

Vaya por delante mi admiración personal y profesional por el líder de la FSO. Para los cinéfilos melómanos, es lo mejor que nos ha dado Valencia desde la paella.Lo que ha hecho Constantino Martínez-Orts, y que piensa seguir haciendo, solo puede ser fruto de eso que tanto nos hablan precisamente en las películas: follow your dream. Me apostaría varias cenas a que muchas voces le habrán repetido machacónamente "eso es muy costoso","no lo tengo claro","no interesa" o cualquier otra frase típica de agoreros. Se equivocaron. Otra vez. Él cree en el proyecto y, seguro que a base de sangre, sudor y lágrimas, lo ha sacado adelante. La mejor prueba de ello es la inclusión en la mayoría de los programas de las distintas orquestas subvencionadas a lo largo y ancho del país de uno o varios conciertos de bandas sonoras.

Muchas de las caras de ayer en el Euskalduna repetían. La orquesta empieza a tener una comunidad de seguidores bastante amplia y la cita era como el encuentro anual con unos amigos. De hecho, yo fui con las mismas personas en casi la misma localidad que en 2014. El concepto revivir.

Llegas al palacio y no podían faltar en el hall los amiguetes disfrazados de personajes de Star Wars, stormtroopers o jedis, posando con el que quisiera para una foto. Espero que nunca pierdan el componente friki. Forma parte de su ADN, para bien. Ahora, el business es el business y como novedad, este año y como ocurre en las grandes giras, también había stand de merchandising en el que adquirir bolígrafos, gorras y camisetas o, siendo una orquesta, cd's con el repertorio de 2014.

A las 19.30 en punto, los miembros de la orquesta comenzaron a ocupar sus lugares en el escenario. Afinación, y todo listo.

Si el año pasado Constantino vestía indumentaria  a lo Keanu Reeves de Neo, en esta ocasión y a pesar de estar Matrix en el repertorio, el director de la FSO se presentó en Bilbao con el uniforme clásico. Batuta en mano, sube al podium y suena la fanfarria de Jerry Goldsmith para el logo de la Universal. Un primer instante en el que ya se apreciaba la potencia de las trompas y la percusión. Sin interrupción, el tema de Misión Imposible de Lalo Schifrin, su pieza más conocida y que ha tenido múltiples versiones en la saga protagonizada por Tom Cruise,cuya quinta entrega ha llenado los cines este pasado verano. 

Ocupa las primeras posiciones en casi todos los rankings de mejores películas de la Historia. La música de Bernard Herrmann para Ciudadano Kane sonó con brío, con la potencia que requerían los pasajes más pomposos y la mesura necesaria en otras fases. Excelente elección.

Tres cineastas tuvieron el honor de tener dos películas de su filmografía en el programa. El primero de ellos fue David Lean (Spielberg y Richard Donner los otros dos). Si el año pasado uno de los platos fuertes fue la soberbia interpretación de Lawrence de Arabia, este año han sido Doctor Zhivago y El puente sobre el río Kwai. La primera de ellas, intensa, ampulosa y al mismo tiempo bellísima. La suite elegida recogía buena parte de los muchos temas del score (el de Lara,las marchas rusas o el famoso vals del anuncio de loteria), con el acompañamiento de una acordeón que redondeaba aún más si cabe una, a mi juicio, extraordinaria interpretación. Solo faltaba la balalaica.

FSO en el Euskalduna. Foto: Facebook FSO
Tras la divertida marcha del Coronel Bogey, tocaba viajar a una granja en Africa. Si hay algo que distingue a la Film Symphony Orchestra es que sacan el sonido, el equilibrio entre instrumentos al que estamos acostumbrados al escuchar las piezas originales. Y aquí no hay mesa de mezclas ni micrófonos estratégicamente colocados. Jarre suena a Jarre y John Barry suena a John Barry. Solo noté una diferencia en el ritmo. La versión de ayer me recordaba a la grabación posterior del compositor en su recopilatorio Moviola que a la del score, mucho más lenta y en línea con los trabajos de su última época. Espectacular y emocionante.

Es innegable que Matrix de Don Davis es una música difícil de escuchar en ese contexto, fuera de la película,y justo después de Memorias de África. Reconozco que nunca he sido capaz de oír el cd entero. A pesar de ello, me alegro de su inclusión para romper el repertorio con sus melodías disonantes. Una cosa tengo clara, si algún músico falló alguna nota no creo que nadie se diera cuenta.

Uno de los compositores más demandados y relevo generacional de los clásicos todavía en activo (Williams o Morricone), Alexandre Desplat, no podía faltar. Su score para The Imitation Game estuvo nominada al Oscar este año (aunque ganó por Gran Hotel Budapest). Bebe un poco de lo que James Horner hizo en Una mente maravillosa (en ambos casos hombres inteligentes, cálculo mental y vidas atormentadas) y con su oficio lo transforma en un magnífico trabajo que sonó preciso y precioso. 

Se echaba mucho de menos a Jerry Goldsmith el año pasado. En el FSO Tour le hemos tenido por partida doble, la fanfarria inicial y el espectacular, pegadizo y efectivo tema para Star Trek. De todas sus aportaciones, la creada para Primer Contacto es la mejor, precisamente la elegida. Uno de los instantes en los que ese escalofrío te recorre la espina dorsal. Salvo algún pequeño desliz en el metal, el equilibrio, sonoridad y fuerza del tema llenaron todos los rincones del Euskalduna.

Martínez-Orts supo pisar el acelerador para que Independence Day fuese un digno final de la primera parte a pesar de que hubiese elegido muchas otras antes de este trabajo de David Arnold, que lo mismo quiere ser Williams que Elgar. Y ni lo uno ni lo otro.

Constantino Martínez-Orts in action Foto:FSO
Los violines inconfundibles del espectacular arranque de Horizontes de Grandeza nos devolvieron en veinte segundos al concierto. Con la diligencia ya en su destino era el momento del lucimiento del concertino Manuel Serrano en el exigente, bello y atinado tema Camino de grava de James Newton Howard para El Bosque. Muy bien acompañado por el pianista Bautista Cármena, Serrano cumplió y clavó la melodía pero, ocasionalmente, quedó tapado por la orquesta.

Otro de los divertimentos de la noche fue el tema con el que arranca Los Goonies, película que cumple 30 años en 2015 y que marcó la juventud de servidor y de alguno que otro más. La versión escuchada nunca la había oído. Las sonrisas cómplices se veían por todo el auditorio.

No pude reprimir las lágrimas al escuchar las primeras notas al piano de Los Ludlow, perteneciente a la banda sonora de Leyendas de Pasión. No tanto por su extraordinaria interpretación sino por venirme a la cabeza que Horner ya no está. Los aplausos a este tema fueron largos y merecidos.

Son entendibles las concesiones al cine más actual por lo que era lógico que Los Vengadores se incluyese en el repertorio. Un tema corto, pegadizo y con el sello de Alan Silvestri, al que la FSO tiene cogido el tranquillo.

Otra de las bandas sonoras nominadas este año fue la magnífica La teoría del todo de Johan Johansson, construida alrededor de un soberbio tema central.

El broche final lo ocuparon el tándem Spielberg-Williams. Las trompas sudaron tinta china con la suite de Parque Jurásico y más todavía con la versión abreviada del Adventures On Earth de E.T. No podía evitar imaginar la película al escucharla.De nuevo la piel de gallina y las palpitaciones. Se da la circunstancia que este tema estaba en el repertorio de la gira de 2012 pero no se tocó en San Sebastián. Tampoco en 2014. Por fin, ahora sí. Qué gozada, qué colofón. 

El público, puesto en pie en su mayoría, quería más. Y lo tuvo. Lo tuvimos. Cuatro bises que aquí no voy a desvelar para mantener un pequeño margen de sorpresa para los futuros conciertos, aunque te los puedes imaginar.

El listón está muy alto, pero creo que es hora de que la FSO se supere a sí misma con un repertorio que resulte comercial pero que abarque títulos menos conocidos pero tan buenos o mejores. El cielo es el límite y la Film Symphony Orchestra nos acerca a él.Gracias por existir y hasta la próxima.
  



   


  

miércoles, 8 de julio de 2015

Han Solo protagonizará la segunda película de la serie Anthology

Pocos o nadie creyeron el motivo oficial por el que Josh Trank no acudió a la Star Wars Celebration del pasado mes de abril en Anaheim (California). Algo pasaba, y no precisamente bueno. No pasaron muchos días y los rumores se confirmaron, el director del reboot de Los cuatro fantásticos (de inminente estreno), abandonaba la segunda película de la saga Anthology (títulos con entidad propia ambientados en el universo Star Wars pero fuera de línea argumental clásica).Al parecer, cierta conducta errática al trabajar bajo la presión de un blockbuster asustó a los ejecutivos, que decidieron cortar por lo sano antes de que la cosa fuera a mayores. Hasta ahora se desconocía quién o de qué iba esta película aunque, desde que se anunciaron por primera vez, Han Solo estaba en todas las quinielas, como ya comentamos en esta entrada anterior de noviembre de 2014.

Disney y Lucasfilm confirmaron ayer lo que muchos queríamos oír. Oh, yeah!. Uno de los personajes favoritos del gran público, el más cool, el contrabandista reconvertido en héroe, tendrá su propia película.Si bien es cierto que da la impresión que, de nuevo, han tenido que hacer público algo antes de lo previsto. Es muy extraño que a escasos días de la Comic Con de San Diego, en la que Star Wars será protagonista este mismo viernes del panel más esperado, suelten esta perla informativa.

Lo importante es que en 2018 llegará a las pantallas el origen de Solo, cómo se desenvolvía con personajes de toda calaña, ¿por qué se convirtió en contrabandista?,¿aparecerá Boba Fett?, ¿sabremos cuándo conoció a Chewbacca?,¿veremos la partida en la que gana a Lando el Halcón Milenario?,¿y qué hay de la deuda con Jabba?. Todas estas respuestas dan para más de una película por lo que no es descartable una trilogía. Eso sí, puesto que hablamos de una versión joven de Solo, Harrison Ford queda fuera. Aunque quizás una primera secuencia le muestre contando en modo flashback a Leia o a sus nietos aventurillas del pasado. Veremos.

 

Chris Miller y Phil Lord
En el comunicado, se anunciaba que la pareja detrás de Lego:La película, Christopher Miller y Phil Lord, serán los directores mientras que, en el más puro estilo Star Wars, un padre y un hijo escribirán conjuntamente el guión. Lawrence Kasdan prosigue (doy saltos de alegría por ello) su vinculación con esa galaxia muy, muy lejana tras escribir los guiones de El imperio cotraataca, El retorno del Jedi y El despertar de La Fuerza. Ahora, quizás para incorporar una visión más fresca y actual, ha incorporado a su hijo Jon al equipo.

A la espera de lo que el propio Lawrence Kasdan, Kathleen Kennedy y J.J. Abrams digan en San Diego (no se espera un nuevo trailer ni secuencias), nos quedamos con que Miller y Lord afirman que van a "tomar riesgos". 


martes, 23 de junio de 2015

James Horner: La cuarta "J"

Nunca sabes hasta qué punto te puede afectar algo hasta que ese algo ocurre. Y ha ocurrido. James Horner ha muerto. La avioneta que pilotaba se ha empotrado llevándoselo a otro lugar no terrenal a los 61 años. 

Nunca llegué a conocer a James Horner personalmente. Eso dificulta mucho llegar a encontrar lógica la sensación de desgarro, dolor,pérdida y pena que me ha sacudido esta mañana cuando me he enterado de su fallecimiento. Mi relación, y la de millones de personas, con él era únicamente a través de su música.

James Horner (1953-2015)
Era la cuarta J de mi baraja. John Williams, John Barry y Jerry Goldsmith las otras tres.Aunque suene cursi, Horner ha sido la J de corazones. Pocas cosas en mis 44 años de vida han logrado estremecerme tanto fuera del ámbito familiar o estrictamente humano como algunas de las melodías, piezas u obras completas compuestas por él para el cine.

Probablemente, mi primer contacto con su música en una sala oscura fue con 12 años, en 1983, con Star Trek 2: La ira de Kahn la película que le abrió las puertas a otros proyectos de envergadura como Krull, de temática similar, al año siguiente. Ese era el Horner épico, al que recurrían cuando los presupuestos no llegaban para Jerry o John en la década de los 80. El tema principal de Cocoon me llegó mucho más tarde, en una colección de vinilos, Cine & Música y con textos de Joan Padrol. Para entonces, ya me había incomodado y perturbado sin despeinarse con las oscuras sonoridades creadas para El nombre de la rosa. Pero cuando logró (y logra) hacerme llorar fue con su magistral trabajo para An American Tail (Fievel y el Nuevo Mundo) y esa canción tan sensiblera como extraordinaria Somewhere Out There, la historia de dos hermanos inmigrantes separados en trágicas circunstancias deseando volver a verse. Y yo un hijo único cuya familia hacía todo lo posible por separarse. 



Plagios a un lado, Willow y su uso de coros infantiles así como la puesta de largo del posteriormente célebre y parodiado a partes iguales parabará me acercaron más a un estilo inconfundible, a un idioma propio. Fue el primer vinilo suyo que decidí comprar. Pero mi rendición absoluta, mi adhesión de por vida, llegó con Glory (Tiempos de gloria). La magnífica película de Edward Zwick te deja emocionalmente muy desarmado con lo que en el instante en el que llegan los,nunca mejor dicho, gloriosos créditos la música de Horner termina de grabarte a fuego una experiencia cinematográfica imborrable.



Con sus altibajos, seguía siempre a Horner, en una era pre-internet, a través de las revistas especializadas. Esperando algo similar a lo vivido años antes. Y volvió a ocurrir, pero con una película que jamás creí que podría afectarme. Me refiero a Casper. El tema de la canción de cuna, de una sencillez extrema, resume lo que Horner es capaz de lograr con un piano y muy pocas notas. No hay vez que lo escuche que no se me ponga un nudo en la garganta. Hoy he llorado desconsoladamente al hacerlo. Muchas emociones al mismo tiempo. 



Casper salió de la fértil imaginación de James Horner en el mismo periodo que Apollo XIII, Braveheart y Leyendas de pasión. Ahí es nada. Pocas veces, por no decir ninguna, un compositor ha conseguido alcanzar niveles excelsos en cada una de sus obras en tan poco tiempo.



Pero, a decir verdad, nada volvió a ser igual después de 1995. Sí, ya lo sé, Titanic es la banda sonora más vendida de todos los tiempos, dio a Horner fortuna y gloria, pero yo añoraba la frescura de la otra gloria, la los tiempos de Glory. Probablemente también la mía.

Más tarde, con la universalización de internet, James Horner fue blanco de las críticas más duras en foros de diverso pelaje, incluso llegando a insultos cuando relevó a Gabriel Yared en Troya. Los ataques hicieron mella y él decidió colocarse en un segundo plano, con solo cinco películas desde la hipnótica, espléndida, curradísima, compleja y larga banda sonora de Avatar. Cameron le recuperó cuando otros como Ron Howard le dieron la espalda.



Él lo ha dicho en muchas ocasiones. Usa las melodías que considera más apropiadas para que nuestro corazón sienta lo que la escena transmite. Eso incluye la multitud de autorreferencias, parabarás o supuestos plagios. No quiero sonar pedante. Adoro algunas de partes del score de Titanic, particularmente el solo de piano interpretado por el propio compositor (The Portrait) o el tema Southampton. También Bincentennial Man,incluso Mi gran amigo Joe, Una mente maravillosa con su recurrente uso de la voz infantil, Rocketeer o las películas que hizo del Zorro atesoraban el oficio, la maestría, con instantes para repetir una y mil veces. 

The Amazing Spider-Man fue un reciente y grato reencuentro con el Horner épico y el de las sencillas pero efectivas melodías al piano. En todo lo que ha hecho en estos años, siempre ha habido algo, como un aroma que me retrotraía al cine Ayala, donde vi Star Trek 2

Eran otros tiempos. Si una banda sonora te impactaba no era tan sencillo adquirirla. Bien porque no se había editado, no la vendían en tu ciudad o porque la paga con ocho o nueve tacos solo daba para chicles de fresa ácida.

Digo esto porque ahora mismo, alguien que no conociera a Horner más allá de "Titanic", "Avatar" o "Braveheart" lo tiene fácil para hacerse una competa playlist de su carrera en Youtube. Desgraciadamente, él declaró recientemente que cada vez le resultaba más difícil trabajar. Ya solo me queda una J de la baraja.

No te lo pude decir ni escribir en vida, como sí lo he hecho con otros. Gracias.