sábado, 18 de diciembre de 2010

Grandes miniaturas

Paseando por las empedradas y estrechas callejuelas del viejo Lyón te transportas con mucha facilidad, en un día con poco bullicio, a un pasado de mosqueteros, guillotinas, grandes pelucas y caras espolvoreadas. Allí, muy cerca de la catedral de San Juan, se encuentra un edificio del siglo XVI con fachada en tonos salmón que da a un patio abierto. De pronto, en una de las entradas laterales, veo a C3PO en una urna de cristal. ¿Qué es esto? me pregunto. No apetece dejar de andar cuando la temperatura tiene un menos delante. Me acerco y veo en el escaparate, por así decirlo, unas extraordinarias miniaturas, dioramas de un restaurante y de una habitación que no resisto a fotografiar con el móvil. El nivel de detalle es exquisito, realzado por una cuidada y eficaz iluminación. Se trataba del Museo de Miniaturas y Decorados cinematográficos. Allí que entro.La tienda del museo ya posee, a modo de gancho, varios objetos que invitan a pagar los 7 euros con los que acceder a toda la colección. Había una cabeza gigante de Gizmo, utilizada para los primeros planos de Gremlins 2, uno de los autómatas de Yo Robot (I Robot) o una armadura de guardia pretoriano usada en Gladiator. No podían haber elegido mejor ubicación para la espeluznante exposición del atrezzo usado en El Perfume (The Perfume) la más que estimable película de Tom Tykwer sobre la archiconocida novela de Patrick Süskind. Está en el sótano, una gruta de piedra en la que los cientos de botes de cristal, alambiques y estanterías de madera encajan como un guante. Los decoradores de la película, cuando desmontaron los sets (el rodaje de interiores tuvo lugar en Munich) los trasladaron hasta Lyón y allí volvieron a colocarlo todo. El olor a perfume de rosas y la banda sonora de la película crean la atmósfera perfecta. Ya en la planta primera está el rococó despacho del perfumista Baldini (Dustin Hoffman) o su perfumería al completo (ver foto). Una colección de muebles y toda clase de objetos que te ponen a pensar acerca de la cantidad de horas a las que se dedica un montón de peña para que todo quede realista hasta el más mínimo detalle, algo que siempre pasa a un cuarto plano porque tus neuronas están a otra cosa cuando ves la película, principalmente al argumento.

La primera planta también alberga la parte friki. Desde máscaras de El planeta de los simios (Planet of the Apes) o 300, pasando por trajes de soldados vistos en Troya (Troy) o una cabeza de Arnie/Terminator. Me hizo particular ilusión encontrarme con la cápsula en la que Ripley escapa de la nave Nostromo en Alien y  la que aparece en los primeros minutos de Aliens, con la misteriosa música de James Horner de fondo. Más grande de lo que me imaginaba y llena de detalles. En otra vitrina estaba Dud Bolt, uno de los alienígenas participantes en la carrera de vainas de La amenaza fantasma (The Phantom Menace). ¿Cómo se han hecho con él? Ni idea. Y yo que creía que el tío George no regalaba ni la hora. Seguramente no se ha enterado.

Tras este apasionante inicio, el resto de la exposición ya no era lo mismo, a pesar de lo espectacular de la mayoría de las maquetas. Si el alma mater del museo, Dan Ohlmann, se dedicara al cine hubiera llegado a lo más alto. La perfección es total. El único pero es que los lugares no son reconocibles (ver foto)para el visitante medio. Si en lugar del restaurante Maxim, por poner un ejemplo, hiciera la ópera de París o el salón de los espejos de Versalles, su labor sería más trascendente. En fín, que la visita ha merecido la pena. Una grata sorpresa en la ciudad de los hermanos Lumiere. De ellos hablaré otro día.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Larry King cuelga los tirantes

Larry, sé que no sabes español y probablemente nunca leas esto pero, aún así, quiero decirte algunas cosas ahora que has acabado tu programa de entrevistas diario en CNN. Desde mi perspectiva europea, siempre he creído que tu estilismo era manifiestamente mejorable pero lo importante no eran ni tus hombreras, ni tus tirantes ni tus corbatas, algunas de las cuales me han dejado una impronta indeleble. Aquí contaba el contenido. Yo he sido uno de los millones de afortunados en todo el mundo que he tenido la suerte de intervenir en tu ya exprograma un par de veces. Tengo que admitirlo porque así fue. En las dos ocasiones en las que quise participar lo pude hacer. A altas horas de la madrugada, en el salón de la casa de mis padres marcaba el teléfono para llamadas internacionales y una amable voz femenina me cuestionaba sobre el lugar desde el que llamaba y la pregunta que quería hacer. Luego me retenían hasta que oyera una inconfundible voz diciendo: "Bilbao, Spain, hello". Así ocurrió con Tom Hanks, cuando presentaba Filadelfia (Philadelphia) en 1993 y con Demi Moore en 1996 en plena vorágine mediática por sus escenas en ese bodrio llamado Striptease. No volví a participar. No sé la razón. Probablemente porque empecé a dormir a las horas en las que se duerme en esta parte del globo. Ya no podrá ser, y es una pena.

Larry, ideologías o nacionalidades a un lado, te envidio. Por haber tenido un programa durante 25 años en el que han participado miles de invitados de toda pelambre, aunque muchos eran irrelevantes para la audiencia no estadounidense. Solo tú, Larry, has tenido a Brando. Lo que hubiera dado yo por hacerle una de esas entrevistas de press junket, diez minutos en las que hablar de todo y de nada. Pero él unicamente te quería a ti, al igual que otros. No era cuestión de suerte sino de talento. Para dejar hablar, para preguntar lo que el público quiere saber sin molestar al invitado, para hacer preguntas aparentemente incómodas pero que, en el fondo, no lo eran. Para eso hay que tener arte. Mucho arte. Larry, eres un artista. Hasta siempre. So long.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Risas y lágrimas

Está resultando un tanto luctuoso este fin de año. La muerte de Blake Edwards me ha hecho recordar la cantidad de buenos momentos que me han aportado sus películas. Incluso las últimas entregas de las torpezas del inspector Clouseau (con Sellers, of course) tenían un par de partos tronchantes. Es ahora, al hacer balance, cuando muchos se darán cuenta el pedazo de cineasta que era. Nunca le han colocado a la altura de los más grandes de la comedia, como Wilder o Cukor pero Edwards ha conseguido títulos que son, a día de hoy, más recordados por la llamada memoria colectiva. La creación de un personaje como Clouseau, heredero de Chaplin o Keaton pero con la impagable personificación del tarado y genial Peter Sellers, a la puta más fina de la historia (Desayuno con diamantes), pasando por la mujer perfecta (10) o la fiesta en la casa que todos quisiéramos tener son solo una minúscula parte de su obra. Crear textos que sean a la par brillantes y graciosos está al alcance de muy pocos. Blake Edwards era uno de ellos. Ha vivido 88 años y seguramente no se fue antes para evitar encontrarse de nuevo en el Más Allá con Sellers, el hombre que le ha hecho pasar los mejores momentos de su vida, pero también los peores como él mismo reconocía en el audiocomentario de esa obra maestra que es La pantera rosa (The Pink Panther). Para compensar tal putada, Henry Mancini, uno de los más fructíferos emparejamientos director-compositor que ha dado el cine, le esperará con su piano

Días de vino y rosas, Las dos primeras de La pantera rosa, Victor o Victoria, Desayuno con diamantes y, por supuesto, El guateque están entre las películas que me gustaría poder descubrir de nuevo.
Las últimas de su filmografía (como las de Hitchcock o Wilder) son para olvidar. Aún así, varios gags de Cita a ciegas (Blind Date) o los condones fosforitos de Una cana al aire (Skin Deep) son más cómicos que la obra completa de más de uno. Y no me quiero olvidar de La carrera del siglo (The Race) ni de Operación Pacífico (Operation Petticoat) que tenían su punto, especialmente la segunda con Tony Curtis compartiendo cartel con su inspiración como actor: Cary Grant.

Decía el hijo de Antonio Mercero que lo único bueno de la enfermedad de su padre (Alzheimer) es que disfruta todos los días de Cantando bajo la lluvia como si fuera la primera vez. A lo mejor nos ocurre lo mismo. A lo peor, Julie Andrews rueda ahora la secuela de Mary Poppins. Al tiempo.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Sobre Tron Legacy

¿Qué va a pasar con Tron Legacy? Esa es la pregunta que circula con mayor frecuencia desde hace meses por los despachos de numerosos ejecutivos en Hollywood.  No me extraña. Se han gastado una pasta indecente en una película que, ocurra lo que ocurra, tiene todos los visos de ser un título de culto antes de su estreno por varias razones. Es un caso insólito el que un estudio (Disney) financie una secuela cuyo original se estrenó hace 28 años. Esto quiere decir que la mayoría de su público potencial no había nacido. Por otro lado, Tron fue un sonado fracaso de taquilla (costó 17 millones de euros y recaudó casi 27) lo que provocó una parada en la producción de títulos para adultos emprendida por Disney con otro fracaso: El abismo negro (Black Hole). Tron llegó a las pantallas al mismo tiempo que E.T: el extraterrestre, Blade Runner (otro enorme fracaso en su estreno), La cosa, Acorralado o Poltergeist. La mayoría de ellas lograron importantes beneficios y aún hoy están consideradas como clásicos de la época. Sin embargo, Tron tiene legiones de fans en el mundo friki, entre los fanáticos de los videojuegos, programadores, diseñadores gráficos o estudiosos de la historia de las imágenes sintéticas aplicadas al cine (CGI). A mí me pareció en su día (tenía 11 años) un tostón, cuando el año anterior había flipado en colores con El imperio contraataca. De hecho, esperaba algo parecido y lo que me encontré fue una historia incomprensible con algún hallazgo visual.

La campaña online sin precedentes puesta en marcha por Disney para convertir Tron:Legacy en la película-evento de estas navidades sienta las bases para futuras aventuras similares. No es ningún secreto que John Lasseter es uno de esos estudiosos y artífices del desarrollo de las imágenes creadas por ordenador. Veremos si la magia que impregna cada fotograma de las producciones de Pixar se traslada, aunque sólo sea un poco, a Tron Legacy. Los avances prometen, pero no es ninguna garantía. Ya son muchas las ocasiones en las que lo mejor de una película es el trailer. Puede que en Disney anden todos un pelín tron-ados.

jueves, 2 de diciembre de 2010

75 primaveras, Woody

Woody Allen es como la Navidad. Aparece en mi vida una vez al año, unas veces disfruto con él más que otras y recuerdo con especial simpatía las películas del pasado. Cada ocasión en la que veo la "última de Woody" me reafirmo en lo dicho en las primeras líneas aunque, como los grandes maestros, como Curro Romero (eso decían los taurófilos), de cuando en cuando se saca una verónica que quita el sentío. Me estoy acordando ahora de la fantástica, rompedora y diferente Match Point. Antes, tengo puesto en lo más alto de mi listado unas cuantas, desde Toma el dinero y corre a Maridos y Mujeres, sin olvidarme de la desternillante y hitchcockiana Misterioso asesinato en Manhattan, Annie Hall, Hannah y sus hermanas, Balas sobre Broadway o Todos dicen I Love You. No es que las demás me disgusten, para nada. Eso sí, cada vez albergo menos esperanzas de una nueva sorpresa. Lo que no quita que una de sus películas sea superior a todo lo que se rueda en España en todo un año.

Recuerdo cuando le pregunté en San Sebastián (cuando presentó Melinda & Melinda) si se sentía atrapado en el personaje creado alrededor de su persona. Él dijo que no pero sabe que sí. Que todos esperan de él al tipo ingenioso, de verbo fácil, con cara de judío que no ha roto un plato y gafas de intelectual que lee libros de autores rusos para impresionar a sus citas. Al que interpreta siempre el mismo papel. Incluso cuando le ven tocar con su banda de jazz.

Para no olvidar aquel 26 de febrero, día de mi cumpleaños, de 1997. Julia Roberts presentaba en el Ritz de Madrid Mary Reilly. Allen se marchaba del hotel de la mano de Soon-Yi encorvado, enjuto y con aspecto mucho mayor de lo que aparenta cuando, a punto de salir por la puerta giratoria, se oyen los gritos de Julia Roberts saliendo del salón donde daba las entrevistas, dando un susto a Allen, para saludarle afectuosamente. Woody, abrumado, y los que estábamos allí, encantados de vivir ese momento en primera persona. ¡Felices 75 primaveras! Es curioso pero casi nadie te recuerda ya que te liaste con tu hija adoptiva. Ves, eso te pasa por hacer buenas películas.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Risa, Espectáculo, Diversión

Retirados Extremadamente Peligrosos. Esa es la calificación de los protagonistas de esta disparatada, a ratos muy entretenida comedia de acción de Robert Schwentke, autor de la tramposa Plan de vuelo:Desaparecida. Estamos ante la versión light de Los mercenarios, una especie de subgénero que podríamos llamar testosterona geriátrica. Aquí cabe también la última de Indiana Jones. La que nos ocupa trata de varios ex agentes de la CIA que alguien intenta eliminarlos pero que, como os podéis imaginar, poseen un know how de artimañas, escaramuzas y armas que les convierte en letales. Bruce Willis es el protagonista principal, en su línea impertérrita. Todo lo contrario de John Malkovich. Te partes con algunas paridas pero el personaje chirría y resulta pelín exagerado. Morgan Freeman...muy bien, como siempre. A la que no me creo ni pa' tras es a Helen Mirren. Richard Dreyfuss, Brian Cox y Karl Urban cumplen con creces y hacen del conjunto un divertimento de los que había unos cuantos al mes en la reivindicada década de los 80. Se agradece, de vez en cuando, una de estas pelis para pasar el rato con un mínimo fundamento. Red funciona allí donde (por poner un ejemplo) Noche y Día fallaba.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Oscar se hace un lifting

La audiencia es la audiencia. Dos factores importantes han provocado que las últimas ceremonias de los Oscar no hayan tenido los ratings esperados. El fundamental es que las películas nominadas, en su mayor parte, no han sido grandes pelotazos en la taquilla (exceptuando casos muy puntuales como Avatar). Que me vengan ahora a la cabeza: Crash, No es país para viejos, Slumdog Millionare o En tierra hostil (la última ganadora). Excelentes películas pero que no interesan al espectador medio americano. Si a esto sumamos que buena parte de los presentadores son estrellas que no brillan tanto como antaño tenemos como resultado que en EEUU interesan más los MTV Movie Awards. La Academia de Hollywood ha anunciado parte de la solución. Sangre fresca para la gala del año que viene. De los talluditos Steve Martin y Alec Baldwin pasamos a Anne Hathaway y James Franco, ambos con películas oscarizables en cartel. Hathaway ya dio muestras de su talento como showgirl marcándose un numerito musical con Hugh Jackman hace dos años y la acaban de anunciar como la nueva Catwoman en la nueva entrega de las andanzas de Batman que prepara Christopher Nolan. A James Franco le hemos visto travestido en alguna portada pero me parece un pan sin sal. Veremos.

Mueren Leslie Nielsen, Irvin Kershner y Mario Monicelli

¡Menudo día!Probablemente, y no soy ni pretendo ser original, mi afición al cine comenzó con Star Wars. Más concretamente con El imperio contraataca (The Empire Strikes Back), una obra maestra que, lejos de envejecer mal, mejora con los años. Como los buenos vinos. Y no hablo de los retoques de ediciones especiales varias sino de su esencia. Parte de los méritos de esa película, más allá del omnipresente George Lucas, son de Irvin Kershner, su director. Alguien que fue de Lucas lo que Yoda era de Luke Skywalker. Sólo por El imperio coontraataca, mi admiración y respeto por él. A partir de ahí, le colocaron el título de experto en secuelas y rodó el controvertido regreso (con suculento cheque) de Sean Connery al papel de James Bond:Nunca digas nunca jamás (Never Say Never Again). Perdió en la taquilla contra Octopussy (perteneciente a la saga "oficial") aunque no estaba mal del todo. Tuvo el acierto de elegir a Kim Basinger como femme fatal. Su carrera finalizó con otra secuela, la de Robocop. Una mierda pero estaba bien dirigida, a pesar de todo lo demás. Una neumonía ha acabado con Kershner a los 87 años.

Aunque también era un anciano (84 años), da penilla decir adios a Leslie Nielsen, rostro imprescindible y voz imponente de tantas comedias disparatadas, a menudo mediocres pero que él daba lustre. De todo este lote, por supuesto, Aterriza como puedas, su cambio de registro, ese records de gags por minuto del trío Zucker-Abrahams-Zucker que volvió a llamar a Nielsen para dar vida al teniente Frank Debrin en la saga de Agárralo como puedas (The Naked Gun). En España, con la chorrada del "como puedas", Nielsen hizo tropecientas basuras que no había por dónde cogerlas.

Recuerdo con cariño su breve aparición como capitán en La aventura del Poseidón (The Poseidon Adventure) y, en un papel muy desconocido por el gran público, hacía de malisísimo en Furia en el valle(The Sheepman), junto a Glenn Ford y Shirley MacLaine. Descansen los dos en paz.

Acabo con Mario Monicelli. A pesar de sus 95 años, no estaba dispuesto a terminar sus días agonizando en una cama y ha decidido tirarse por la ventana del hospital en el que le atendían por un cáncer terminal de próstata. Con un par. Epílogo dramático para el que dicen que inventó la comedia italiana. Con La gran guerra, estupenda película, ganó el León de Oro del Festival de Berlín. Estuvo nominado al Oscar en un par de ocasiones como guionista. Rufufú es otro de los títulos que quiero recordar de su dilatada( y muy desconocida para mí) filmografía.

sábado, 27 de noviembre de 2010

El otro Samuel Bronston

He tardado algún tiempo en hablar de la muerte de Dino de Laurentiis. No hay ninguna razón especial para ello. Siempre he sentido cierta empatía por aquellos productores al viejo estilo. Capaces de levantar proyectos, no necesariamente buenos, con o sin el apoyo de un gran estudio hollywoodiense. Más aún cuando estas películas son costosas superproducciones.

De Laurentiis tiene de todo en su más que dilatada filmografía. Hay más bodrios que obras maestras pero quiero destacar sobre todo a la persona. Ya no quedan productores cinéfilos como él. O casi. Los O'Seltznick, Zanuck, Warner o Ponti eran una estirpe sólo comparable en la actualidad con los hermanos Weinstein. Aunque sean, por lo que dicen, unos capullos insoportables.

De Dino de Laurentiis destacaría La Strada, Serpico, Barbarella, Manhattan Sur (Year of the Dragon), su versión de Motín a bordo (The Bounty) o la más reciente U-571, una pequeña joyita bélica aunque tiene varias estimables en este género.

Reconozco que tengo especial simpatía a su ultra kitch  (por no decir hortera) versión de Flash Gordon, con la banda sonora de Queen (Flashhh!!!! Aaaaaaaa!!) o el impagable Max Von Sydow como Ming.
Otras, como las dos partes de Conan, King Kong o Dune, no me dicen nada. Hannibal y El dragón rojo (Red Dragon) eran productos muy dignos, más el primero (el de Ridley Scott) que el segundo. Ahora, no me resisto a mencionar que Dino de Laurentiis también produjo Guerra y paz (War and Peace), su primera gran producción hollywoodiense con Henry Fonda, Audrey Hepburn y Mel Ferrer y, en la bolsa de las olvidables, aquel intento fallido de repetir el éxito de Instinto Básico llamado El cuerpo del delito (Body of Evidence), con Madonna y Willem Dafoe.

Dos en la carretera

Nada tiene que ver esta patochada con la magnífica película de Stanley Donen. Salidos de cuentas (Due Date) sigue el esquema clásico de dos personajes antagónicos, unidos por las circunstancias, que deben trasladarse del punto A al B (Atlanta a Los Angeles) y durante el tortuoso viaje cientos de desventuras, a cada cual más grotesca,  provocarán que los protagonistas no lleguen a tiempo al nacimiento del primer hijo de uno de ellos, el personaje interpretado por Robert Downey Jr.

El referente claro que yo veo aquí es Mejor solo que mal acompañado (Plains, Trains and Automoviles) de John Hughes, descacharrante y mucho más inspirada comedia en la que Steve Martin daba vida al "tipo normal" pero soberbio y el recordado John Candy era el "tipo estrafalario" pero simpático. La parte cómica en Salidos de Cuentas corresponde a Zach Galifianakis, que basicamente repite su papel de Resacón en Las Vegas con algún retoque.

A ratos simpática, con alguna ocurrencia que no voy a desvelar, pero siempre con la sensación de deja vu y sin la frescura de otros títulos del subgénero, por así llamarlo, buddy movies on the road . A buen seguro, el director Tod Phillips (que rueda la secuela de Resacón en Las Vegas cuya acción transcurre en Tailandia) y la pareja protagonista se habrán llevado un buen montón de dólares, que de eso se trataba.

viernes, 26 de noviembre de 2010

Sigue siendo bella en 3D

La bella y la bestia 3D es una de esas películas que apetece ver, no sólo porque es una obra maestra sino porque me apetecía comprobar cómo las nuevas tecnologías eran aplicadas a un producto claramente bidimensional. El resultado es más que satisfactorio. Como si nuestros ojos se transformaran en la mítica cámara multiplano que Disney introdujo en Blancanieves y los siete enanitos.  Los paisajes, interiores del castillo o el pueblo en el que vive Bella adquieren una dimesión superior, sin que resulte en ningún momento mareante.


Unos cuantos años después, y en una política que deberían retomar los grandes estudios, nuevas generaciones de espectadores cinematográficos pueden descubrir, con la más alta tecnología, un ejemplo de la filmografía de Disney en plena forma. Su segunda Edad de Oro iniciada con La sirenita y culminada con la infravalorada El jorobado de Notre Dame. Como la moraleja de esta película, su belleza está en el interior. Las gafas son aquí sólo un (excelente) pretexto.

El principio del fin

Antes de hablar de la primera parte de las dos en las que se ha dividido Harry Potter y las reliquias de la muerte (Harry Potter and the Deathly Hallows) algunas consideraciones importantes.

Primera: pude verla en versión original subtitulada en una de las salas más populares de Lyón (Francia),
Segunda: había la posibilidad de elegir entre doblada al francés o VOS.
Tercera: era jueves y más de la mitad de la sala estaba llena. La media de edad sería 23 años.
Conclusión: A pesar de poder verla doblada, un porcentaje importante de jóvenes y jóvenas de la Francia prefieren hacerlo en versión original y, lo que es más significativo, van al cine los jueves. Igual que en España.

Sobre la penúltima de Harry Potter. Han pasado diez años desde La piedra filosofal y los productores, al igual que J.K Rowling, han sabido dar a los personajes la madurez no sólo a los personajes principales sino a las tramas, al estilo y al ritmo de las películas. David Yates, película tras película, ha ido acercando la serie al tono que impuso Alfonso Cuarón al magnífico (y mejor) tercer episodio: El prisionero de Azkabán. Parte del mérito aquí corresponde también al director de fotografía portugués Eduardo Serra, que ha aproximado aún más la paleta de colores al blanco y negro.
A sabiendas de que todos los potenciales espectadores, que hayan leído o no el libro, quieren ver el combate final entre Potter y Voldemort, se han permitido aquí el lujo de una pausada road movie, alejada de Hogwarts, de las aulas y de la protección de los maestros en la que el trío protagonista pone a prueba sus relaciones personales en una odisea personal en busca de su Santo Grial, los Horocruxes que, una vez destruídos, acabarían con las fuerzas del mal para siempre.


Las necesarias escenas de acción para recordarnos que los esbirros de Voldemort pisan los talones de Harry, Ron y Hermione no ocultan que la primera parte de Las reliquias de la muerte es una buena película de personajes con envoltorio de superproducción. Lo que ocurre es que uno de ellos se llama Harry Potter, y eso, seguramente, condicionará la forma en la que muchos (adultos sobre todo) la analizarán. Buena prueba de lo que intento argumentar es el uso de la música de Alexandre Desplat. Pudiendo lucirse y sacar provecho de los temas creados por John Williams o Patrick Doyle, Desplat opta por melodías de trazo muy fino que en ningún momento, salvo en un par de pequeñas secuencias, quiere sobresalir. Mención aparte merece la recreación visual del llamado Cuento de los Tres Hermanos, historia que da origen a las reliquias de la muerte a las que hace referencia el título. Soberbia.

domingo, 14 de noviembre de 2010

El último austro-húngaro

Como fan tuyo que soy, te debo esta entrada en el blog. Él no aparecía en sus películas pero siempre colaba el término austro-húngaro. Si el Cielo existe, Luis García Berlanga estará ahora rodeado de pechos, culos y mujeres llenas de curvas, como las que tantas veces vemos moldeadas en las fallas. Descansa ya el mayor referente vivo que tenía el cine español, a pesar de que sus últimas películas, desde finales de los 70, estaban muy lejos de lo que dirigía en pleno franquismo. La censura es risible, lamentable, odiosa, pero, en ocasiones, un acicate para el ingenio. No se entienden las mejores películas de Berlanga sin ella. Tampoco sin el Mediterráneo. Ahora, en otra Ciudad de la Luz, comiendo turrón ( de Alicante, claro) jugará con Buñuel una interminable partida de dominó. Tienen tiempo.

sábado, 6 de noviembre de 2010

Los enredos de Fincher

Un tipo al que admiro. En el autógrafo que me firmó (ya sé que es poco profesional pero me importa un carajo)cuando le entrevisté con motivo del estreno de "The Game", David Fincher escribió "Gracias por el apoyo a Alien3". Creo que eran muy pocos los que le daban palmaditas en la espalda por lo que hizo con la tercera parte de la saga que inició magistralmente Ridley Scott (y que ahora retoma) pero a mí, personalmente, me encanta como intentó volver a los orígenes y alejarse todo lo posible de la apoteosis belicista (y fantástica) de James Cameron con esa ambientación opresiva y claustrofóbica. "Alien 3" es el génesis, los pilares sobre los que se apoya el estilo Fincher: sórdido, sobrio y oscuro en lo visual pero elegante y virtuoso en lo puramente cinematográfico. Luego llegaron "Seven", la mencionada "The Game", "El club de la lucha", "La habitación del pánico", "Zodiac" y, en un salto creativo valiente, "Benjamin Button", donde abordó temas inéditos en su filmografía.


"La red social" es otro paso adelante de Fincher a la hora de tocar otros géneros, aún sin despegarse de su estilo. Sigue sintiéndose cómodo en ambientes nocturnos o tétricos. Son escasísimas las escenas diurnas, mas aún soleadas.

Nunca he entrado en Facebook. No es pose, es que no me interesa. Mis circunstancias personales hacen que no necesite relacionarme con más gente. Por eso nunca he sido radioaficionado (la primera red social) ni he formado parte de MySpace. Es importante apuntar esto porque mi interés en la historia que me iban a contar era tan grande como el desconocimiento. No obstante, Fincher d
eja claro en la primera escena que "La red social" es una película que, seguramente, bata records de palabras por minuto. Los protagonistas escupen en ocasiones las frases como Fraga en sus buenos tiempos, cuando se le entendía. Y yo he entendido lo que Aaron Sorkin ha escrito, me ha interesado cómo me lo ha contado Fincher y, creo, me meteré en Facebook un día de estos. 500 millones de personas no pueden estar equivocadas. O sí.


"La red social" es una buena película, muy inteligente, sobre personas (en su mayoría) inteligentes y sobre una idea más que inteligente. El exceso de verborrea y ciertos personajes un tanto esquemáticos no la hacen perfecta pero se queda muy cerca. Su retrato de los clubes elitistas en universidades como Harvard o cómo un imberbe es capaz de cumplir el sueño americano bien entrado el siglo XXI son, aunque tangencialmente, temas que el guión toca con afilada ironía. A pesar de que, con ese argumento, Fincher (y Sorkin) podían haberse enredado muy facilmente, la única red se queda en el ciberespacio.

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Tintín ya tiene cara

¡Ya era hora! Steven Spielberg y Peter Jackson han dado en primicia a la revista Empire las primeras imágenes de la película "Tintín:el secreto del unicornio", dirigida por Spielberg y producida por Jackson con animación y en 3D, basada en los cómics sobre el intrépido periodista belga (al que nunca se le veía escribir un artículo), el capitán Haddock, Hernández y Fernández o el perro Milú. La primera impresión al verlas es que, efectivamente, han sido necesarios todos estos años para trasladar el universo de Hergé a la gran pantalla con unas mínimas garantías de éxito. Dicen que Jackson proyectó a la viuda de Hergé, dueña y señora del personaje, lo que hoy en día se podía hacer gracias a las nuevas tecnologías desarrolladas para "Avatar". La convencieron y el resultado a los cines llegará a finales del año próximo. Toca esperar. La expectación es muy grande...en Europa. Estoy convencido de que se va a poner en marcha una campaña sin precedentes en EEUU para dar a conocer a Tintín y sus aventuras impresas antes del estreno, que por allí no goza del seguimiento que existe en Europa o Latinoamérica.



Esta primera película está basada en la historia doble "El secreto del Unicornio" y "El tesoro de Rackham el Rojo" aunque se han introducido elementos de "La isla misteriosa" y "El cangrejo de las pinzas de oro", éste último para contar el encuentro entre Tintín y el borrachín capitán Haddock.
Ahí creo que se han equivocado. Es cierto que son películas muy caras y que la que iniciara la saga debe de ser un éxito que garantice la continuidad de la serie, que ya tuvo serios problemas para ponerse en marcha por falta de financiación de los estudios norteamericanos, precisamente por esa ausencia de punch del personaje en el mercado USA. Prescindir de Haddock en esta primera película era demasiado arriesgado. Comprensible. Pero no es menos cierto que buena parte de las mejores historias que creó Hergué no contaban con el capitán. Me acuerdo especialmente de "La isla negra", "El cetro de Ottockar" o el dúo "El loto azul" y "Los cigarros del faraón". Están dejando fuera de lo mejorcito de la serie. Seguramente, Peter Jackson abordará "Las siete bolas de cristal" y "El templo del sol" en la segunda película y, para el final, pueden coger las referidas al viaje a la Luna o la extraordinaria historia de "El asunto Tornasol".


Está por ver cómo van a abordar el personaje de Rastapopoulos, archienemigo de Tintín, o si van a introducir personajes nuevos, alguno femenino (más allá de la Castafiore) o americano, para llegar a un público más amplio. Estarían jugando con fuego. De momento, por lo visto, la cosa promete.

martes, 12 de octubre de 2010

Hasta siempre Don Mati

Un gran tipo. Ese es el comentario general de los que conocieron de verdad a Manuel (Manolo) Alexandre, que nos ha dejado hoy. Claro que le recordaremos por "Bienvenido Mr. Marshall", "Atraco a las 3", "Amanece que nos es poco" y tantas otras. Eso es lo culturalmente correcto sí, vale, de acuerdo. Pero, amigos, no nos engañemos.Una generación de espectadores descubrimos a Manuel Alexandre y llegó a nuestros tiernos corazones con su mirada de perrito que no ha roto un plato y su tono de voz único allá por 1980 dando vida a Don Mati, el profesor que todos queríamos tener, en "La guerra de los niños" la primera película que rodó el tantas veces recordado grupo Parchís. La que verdaderamente me llegaba siempre era la ficha amarilla (Yolanda Ventura) pero de otra manera. Quien me hizo llorar de emoción era Don Matías. Que descanse en paz. Este se lo ha ganado.

viernes, 8 de octubre de 2010

Harry Potter pierde la tercera dimensión

Así será en la primera parte. Los ejecutivos de la Warner, que seguramente habrán vuelto locos a los responsables de la película, han decidido dar marcha atrás y estrenarla en 2D y en Imax. Y no será porque miles, millones de muggles no les criticaran en todas las dimensiones y foros posibles la chapuza que hicieron con "Furia de Titanes" o Disney con "Alice in Wonderland". Quienes hayan comparado éstas últimas con "Avatar" se habrán dado cuenta de que la última se rodó con tecnología stereoscópica, la misma que, por cierto, está usando Santiago Segura en la nueva entrega de Torrente. Y yo que creía que las conversiones eran cosa del pasado. Error. Probablemente los mareos en el pase a los jerifantes les habrán hecho cambiar de opinión. Seguro que Peter Yates (el director) se alegra de la decisión.  Eso sí, que no cunda el pánico, el último asalto del duelo entre Potter y Voldemort sí será tridimensional y, dicen, con música de John Williams.  

jueves, 30 de septiembre de 2010

El vividor y el artista

Siempre es una pena que se marche de este mundo alguien que te ha aportado algo, directa o indirectamente. Tony Curtis siempre me ha caído simpático. Es el tipo de personaje en cuya piel me hubiera gustado meterme durante una temporada. Bien es cierto que su carrera había dejado de ser interesante hace décadas. No supo adaptar su declive físico, también llamado madurez, a papeles alejados de su etiqueta de galán. En el fondo, hasta el final siguió los pasos de su admirado Cary Grant. Múltiples divorcios y retiro de las grandes producciones cuando rondaba los 60. Lástima que los últimos proyectos en los que se involucró no estaban, ni de lejos, a su altura. Personalmente, además de con las recordadas "Con faldas y a lo loco" o "Espartaco" no me quiero olvidar de "El estrangulador de Boston", "Operación Pacífico", donde compartió cartel con Cary Grant, "Trapecio", "Los vikingos" y la simpática serie "Los persuasores" junto a Roger Moore.

Arthur Penn estaba hecho de una pasta especial. Tuve la ocasión de entrevistarle en San Sebastián hace seis años. Recuerdo la vehemencia con la que Bob Rafelson defendía la obra de Penn, más allá de la justamente aclamada "Bonnie & Clyde". Le pude agradecer en persona el haber sacado lo mejor de Gene Hackman en "Target" o "La noche se mueve". Tuvo los santos cojones de hacer un western a contracorriente como "Missouri Breaks" con esos dos animales cinematográficos que son Jack Nicholson y el añorado Brando. Nunca alcanzó la celebridad de otros cineastas de su época pero, quizás, haya sido una de las mayores influencias de la generación de directores que despuntaron a finales de los 70. Hasta siempre.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

Star Wars en 3D

Era un secreto a voces y ahora ya es oficial. Las seis películas de la saga Star Wars están siendo "convertidas" a 3D o estereoscópicas, para ser más precisos. El tío George anunció hace cosa de un mes que la saga estará disponible en Blue Ray el año que viene y ahora Lucasfilm confirma que "La amenaza fantasma" volverá a los cines en 2012, es decir, un año después. No se saben las fechas de las demás. Dependerá del éxito, digo yo.Hombre, es una garantía que un tipo como John Knoll, uno de los inventores de Photoshop y supervisor de los efectos de la Edición Especial, las precuelas o la trilogía de "Piratas del Caribe", esté supervisando el proceso desde un punto de vista artístico. Dicen que no van a retocar ningún efecto. No sé yo. A pesar de que soy muy consciente de que es la enésima ocasión de exprimir a la gallina de los huevos de oro estoy encantadísimo de que mis hijas puedan disfrutarlas en la gran pantalla, además en 3D. Lo que me temo es que volverán a doblar las tres más antiguas. El sonido del doblaje original no aguanta la tecnología de 2012. Ya sonaba chusco en la Edición Especial de 1997. Lo malo es que muchas de las voces ya no están y las principales peinan canas. Veremos si logran convencer a Salvador Vidal, Camilo García, Maria Luisa Solá y, sobre todo, a Constantino Romero para repetir el trabajo. Poderoso caballero es Don Dinero. Mucho más que el reverso tenebroso de la Fuerza.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Paja mental

No recuerdo el autor de la reflexión pero la comparto. Frecuentemente, directores que han sorprendido a crítica y público, admirados, y cuyas obras son esperadas con gran expectación se les va la olla. La frase decía algo asñi como que un buen director deja de serlo cuando cree que sabe hacer películas. Esa es la sensación que me ha dejado "Orígen"(Inception), un experimento onírico-psicológico-metafísico que no es más que una paja mental de Christopher Nolan. Eso sí, tiene la enorme fortuna de que un estudio como la Warner haya puesto a su disposición un holgado presupuesto para que su diarrea de ideas luzca como es debido. Y lo hace. Me temo que esta película generará miles de teorías y tésis sobre su final o la mecánica del guión, como ya ocurriera con "Matrix". No es para tanto. "Origen" tiene la apariencia de historia alambicada, escalera infinita pero en el fondo no es más que un guión mal cohesionado y tramposo. No obstante, la película tiene instantes memorables, ideas brillantes y está rodada primorosamente. Nolan tiene mucho oficio pero, a mi juicio, "Origen" está lejos de su apasionante obra anterior, "El caballero oscuro"(Dark Knight) o de "Insomnio", dos películas que prueban que a Nolan le van, y mucho, los asuntos relacionados con la mente y su (mal) funcionamiento.

Leonardo di Caprio vuelve a dar la talla como protagonista, aportando credibilidad a unos diálogos cuasi científicos que no hay quien los entienda. El resto del brillante reparto cumple con creces en su dificil misión de pulular por los sueños sin que éstos deriven en pesadillas para el respetable. Mención apare merece la banda sonora de Hans Zimmer. Nada que objetar a su música, muy eficaz. Otra cosa son las explicaciones que ha dado sobre el proceso creativo de la misma. Otro al que se la ido la olla. Dios los cría y ellos se juntan.

lunes, 13 de septiembre de 2010

Salt sin Pepper

No es una mala película. Lo que ocurre es que ya hemos visto historias semejantes en innumerables ocasiones. "Salt" no sorprende ni en la traca final. Dicho esto, un profesional como Phillip Noyce (capaz de filmar títulos tan sugerentes como "El americano impasible") ha sabido darle un ritmo, un aspecto y un acabado muy profesional al producto. Otra cosa es la elección de Angelina Jolie como cabeza de cartel. Si en términos de gancho para la taquilla no hay ninguna duda, de cara a la efectividad de la historia no creo que ella sea la actriz ideal. Habiendo interpretado a Lara Croft en la serie "Tomb Raider" a la Sra. Smith o, más recientemente, "Wanted" da la impresión que Jolie no era la elección para dar vida a Evelyn Salt, una agente de la CIA que, de repente, se ve inmersa en una persecución contra ella al ser acusada de formar parte del espionaje ruso.

Como en las últimas películas de Ridley Scott (sin querer equipararlo con Noyce) sales de la sala habiendo visto sólo un buen envoltorio que va a la papelera y lo que te queda es...nada. Me temo que tampoco se buscaba más y ahí es donde radica el problema. Con demasiada frecuencia, en los despachos de Hollywood, no se plantean la innovación sino repetir éxitos de otros. Un error recurrente que suele acabar en (casi) fracaso.

Eso sí, me llamó la atención la utilización de Rusia como enemigo de EEUU. Parece como si la ficción volviera a anticipar realidades más o menos próximas.

No va más

Era 1997, uno de mis primeros festivales de San Sebastián. Presentaba "No va más"(Rien ne va plus). Entrevisté a Claude Chabrol en una habitación de las pequeñas del María Cristina. La distribuidora en España de la película (Vértigo Films) no tenía tantos medios como las otras pero siempre nos trató como si fuéramos Televisión Española. Chabrol ya llevaba unas cuantas entrevistas cuando llegué yo pero no lo noté ni un segundo. Su aspecto, tan caricaturesco, y su expresividad me cautivaron mucho más que la película, que me dejó frío. Siempre recordaré la vehemencia de sus respuestas, su simpatía y humildad a pesar de entrever a un cascarrabias enternecedor. Nos ha dejado con 80 años bien vividos. Por alguna razón, los amantes de la buena mesa desprenden una alegría especial y Chabrol lo era. Creo que esa era una de las razones por las que le gustaba dejarse ver por la Concha. La Nouvelle Vague ha perdido a su exponente más humano. Han quedado los raros.

viernes, 27 de agosto de 2010

Macarras a todo ritmo

Lo reconozco. Me moría de ganas de ver "Los mercenarios", desafortunada traducción del original "Los prescindibles" (The Expendables). Muchas horas delante del televisor o en pantallas de cine consumiendo cine de acción de finales de los 80 y buena parte de los 90. Unos años que dejaron clásicos que, curiosamente, se están revisitando apenas veinte años después. Me vienen a la cabeza las dos primeras partes de "Jungla de cristal" (Die Hard), "Máximo Riesgo"(Cliffhanger), "Terminator I y II","Depredador" (Predator) o "Speed". Hay otras, pero no me dejaron el mismo poso.

Irwin Winkler me dijo una vez que, en su momento, él vio talento en Stallone y por eso produjo Rocky. Ese talento sigue ahí. La última secuela de las andanzas del púgil de Filadelfia es una dignísima película, superior a buena parte de lo que se estrena cada viernes en la cartelera. "John Rambo" no tenía la misma calidad pero ofrecía acción de verdad y no reblandecida, como en los blockbuster de ahora, que la edulcoran para evitar la calificación "R". Al fin y al cabo, hablaba de la guerra y en ésta hay sangre. Mucha sangre. Rambo también la tenía (digital). De hecho le acusaron de abusar de ella.

Mérito el de Sly. Soy de los que defiende lo que él ha hecho con las últimas entregas de "Rocky" y "Rambo". Recordemos que las risas se oían hasta en la Antártida cuando él anunció que retomaba ambos personajes, iconos de la era Reagan y de una America que se parece mucho a la que ha dejado Bush jr. No sólo encontró financiación sino que los resultados en la taquilla, mejores de lo esperado, demostraron que el público no le había dado la espalda del todo a Stallone tras una década en proyectos (Get Carter) que parecían dejarle abocado al ostracismo o a cameos autoparódicos.

En plena fiebre reivindicativa de los 80 (los actuales ejecutivos de Hollywood crecieron viendo esas películas), uno de sus mayores exponentes, Sylvester Stallone, ha rodado lo que todos hubiéramos querido ver en nuestra juventud provistos de medio kilo de palomitas: una de tiros, hostias y explosiones protagonizadas por los primeros espadas de la gran pantalla.

"Los mercenarios" une una generación de forzudos inexpresivos con la siguiente, para que los productores no se pongan nerviosos de cara a la taquilla. Así, Dolph Lundgren, Mickey Rourke, Jet Li o Bruce Willis, están acompañados por Jason Statham y otros rostros más conocidos entre la sobre-hormonada juventud, que es la que llena las salas.

Como ya ocurriera antes, el argumento es lo de menos. Aquí, un equipo de mercenarios son contratados por un enigmático Sr. Iglesia (Bruce Willis) para derrocar a un gobierno de una ficticia isla latinoamericana a medio camino entre Cuba y Venezuela. Y allí se van, vuelan esto, lo otro, disparan a diestro y siniestro y, faltaría más, pelean con uñas, dientes y cuchillos de hojas kilométricas. Todo con la colaboración de la hija del dictador que, faltaría más, tiene un cuerpo de escándalo.

A pesar de estos mimbres, el cesto queda mal entrelazado. "Los mercenarios" me dejó un sabor más cercano a las casposas producciones de la felizmente desaparecida Canon (Golan-Globus) que a "Máximo Riesgo". Ahora bien, no me arrepentí de ir. Chapeau a Stallone por dejarse la piel y la salud en el intento, por haber sido capaz de darnos una taza de Nescafé con envoltorio Nespresso. El grano en la película, la selección musical, los diálogos risibles  o las coreografías de las peleas destilan el sabor añejo que se busca, pero el conjunto no convence.

Eso sí, nos guste o no, "Los mercenarios" pasará a los anales de blogs, foros o bibliotecas virtuales, como la película que unió en una (breve) escena a los dueños del Planeta Hollywood: Rambo, Terminator y John McClane. Casi nada. Una pena. Esa escena la quería yo hace veinte años. Ahora es graciosa, histórica, pero no es lo mismo, ni somos los mismos, ni el mundo es el mismo. Pero no queda ahí el reencuentro de estrellas. También se ha dado en el doblaje: Ricardo Solans (un tanto exagerado y más cercano a la imitación de Buenafuente que a él mismo), Constantino Romero y Ramón Langa. Lo mejor de la película.

martes, 3 de agosto de 2010

Pasar página

Advierto antes que nada de que esta entrada contiene spoilers de Toy Story 3. Quedas advertido/a. Al grano. Cada película de Pixar es digna de una tesis doctoral. No es ni justo ni acertado comentar "Buscando a Nemo" o "Up" sin antes darle un par de vueltas a todas las cosas que nos han intentado contar. Que son muchas menos que las que ellos han dado hasta dar con la historia que les satisfacía.

Creo, sinceramente, que en esta ocasión la elaboración del guión ha sido una terapia colectiva. Desde John Lasseter al director, Lee Unkrich, se han desnudado emocionalmente para trasladar a Woody, Buzz y compañía sus mayores traumas personales. No nos engañemos. Detrás del lujoso envoltorio de la magistral película, primorosamente realizada, con un ritmo cercano a un sprint de Bolt y llena de gags memorables y homenajes (el más claro a "La gran evasión") está una historia que habla, principalmente, de dos cosas: lo que hacemos con nuestros mayores cuando ya "no sirven" y, fundamentalmente, de pasar página, madurar, dejar atrás definitivamente la infancia, pasar el testigo a las nuevas generaciones más jóvenes y vivir plenamente como un adulto. Casi nada para una película de "dibujos animados". El primero de los temas ya se abordó, de otra manera, en "Up" pero el segundo es nuevo. Como si quisieran ellos mismos dejar en el desván aquello con lo que "jugaban" cuando eran unos principiantes y seguir abordando otras historias. Ahora han crecido, han perfeccionado la técnica hasta el extremo de que la crítica más sesuda se rinde a esa enorme y aparentemente inagotable fuente de (buenas) ideas que es Pixar.

Todos hemos tenido nuestro Woody, o más de uno. Yo no me he deshecho de ellos ni se los he regalado a otro niño. Andy sí, en uno de los momentos más emocionantes que yo recuerde en muchos años. Quizás sea hora de pensárselo. Gracias, una y mil veces, Pixar.

lunes, 2 de agosto de 2010

Más noche que día

No suele funcionar. Cuando se intenta por todos los medios ofertar al espectador lo que en teoría quiere ver sueles acabar mal. O no todo lo bien que esperabas.
Tom Cruise se lo curra. Eso es innegable. Las películas en las que él es cabecera de cartel suelen tener una factura impecable, pero no acaban de encajar. En "Noche y Día" lo ha dado todo físicamente, hay abundancia de medios, localizaciones muy visuales pero, al final, ni fu ni fa. El guión, que no se molesta en atar casi ningún cabo, abusa del recurso barato del somnífero para cambiarnos de ubicación, los personajes son tan estereotipados que hacen gracia, sin querer. El planteamiento de persona en el lugar equivocado a la hora equivocada (en este caso Cameron Diaz) ya lo hemos visto antes. Pero lo peor es que, a pesar de pasar un rato entretenido, no te tomas en serio la película en ningún momento. Tampoco lo pretende, pero al tener muchos elementos de comedia, la trama no engancha. Está a medio camino de "Charada" y las películas de Bourne. Mala combinación.

Si a eso añadimos que, al llegar a la parte rodada en Sevilla, una banda toca lo del "uno de enero, dos febrero...", hay gigantes y cabezudos, la gente vestida de blanco y pañuelo rojo...bueno, es un paso. Por lo menos se ha acercado a España. El bueno de Tom debe tener una fijación con Sevilla. En MI3 coincidían en la capital andaluza la Semana Santa y las fallas. Con un par. Además se rodó en Australia. A decir verdad, esto último a la mayoría del público internacional les trae al pairo, pero ni con esas. 

Sales del cine preguntándote si, definitivamente, a Tom Cruise se le recordará más por sus papeles secundarios. Yo, desde luego, me quedo con sus intervenciones en "Magnolia" y "Tropic Thunder". De Cameron Diaz....sí, es mona, simpática, pero anodina. Hasta el compositor John Powell, en vista del material, ha sacado su score de "Sr. y Sra. Smith", le ha añadido unas guitarras españolas y ¡ala! otra más.

La primera vez

Me siento bien. Muy bien, diría yo. Y seguramente, a más de uno esto le escueza. Los (y las) hay incapaces de alegrarse del bien ajeno, encerrados en su mediocridad, en su insatisfacción permanente. Si eres una de esas personas, también te doy la bienvenida. Que conste.


La razón de mi bienestar es simple. Es la primera vez que escribo en un blog personal. Tras darle vueltas al asunto, por fin me he animado a tener uno. Ningún mérito, ya lo sé, pero experimentar una primera vez siempre tiene su aquel, aunque, al final, esto es como el sexo. No es para tanto.


Aquí principalmente hablaré de cine, de todo tipo de cine. No me las doy de alternativo cultureta que sólo comenta la última del más aclamado director de Guinea. Para nada. 


Sobre el título del blog. Según Wikipedia, el crono es una pieza del proyector cinematográfico cuya "misión es la de conseguir el movimiento de la película de modo que cada fotograma permanezca fijo en la ventana de proyección un determinado tiempo (centésimas de segundo), antes de ser sustituido por el siguiente fotograma. En el crono se encuentra también el obturador, que es el mecanismo que se encarga de interrumpir el haz de luz sobre la ventana de proyección en el tránsito de un fotograma a otro".


Recuerdo con especial cariño la cabina de proyección de unas salas desaparecidas de mi ciudad. Tenían THX y todo. En su día, Joserra, el encargado de los cines, me explicó la piecita en cuestión. 


Bienvenid@s tod@s