domingo, 2 de enero de 2011

Follen y De Niro 3

La verdad es que podrían hacer tantas secuelas como quisieran de esta simpática serie iniciada con Los padres de ella (Meet the Parents). Siguen a rajatabla el esquema de cualquier secuela del cine reciente, más aún en el terreno de la comedia: repetir todo lo que funciona en el original pero sin que lo parezca. Lo hicieron con Los padres de él (Meet the Fockers) y lo han vuelto a hacer en esta tercera entrega cuya abominable traducción al castellano ha sido Ahora los padres son ellos (Little Fockers). Primer problemilla: el juego de palabras con el apellido del protagonista (Ben Stiller) funciona mucho mejor en inglés. Follen puede valer pero el original Fockers (Folladores) roza el mal gusto para el público anglosajón con lo que las confusiones y situaciones más o menos embarazosas alcanzan su verdadera dimensión en su versión original, empezando por el título.

Era obligado el reencuentro con todos los personajes ya presentados y la incorporación de otros nuevos. Aquí es donde aparecen Harvey Keitel interpretando a un capataz de obras y la muy pero que muy sexy Jessica Alba que da visa a una visitadora médica de un laboratorio cuyo nuevo producto estrella es una especie de Viagra con el sugestivo nombre comercial de Sustengo. Son precisamente los gags alrededor de esta pastillita los que mejor funcionan. El resto sigue igual. A pesar de lo gracioso que puede resultar Robert de Niro cada vez que repite una y mil veces sus caretos al final no deja de ser un tanto penoso que una película con un reparto que incluye, además de los ya citados, a Barbra Streisand, Dustin Hoffman (cuyas escenas se metieron con calzador después de los primeros pases previos) o a Owen Wilson no de más de sí. Paul Weitz ha recogido el testigo de Jay Roach, el realizador de las dos primeras, y se ha limitado a dar forma a un guión con unas posibilidades limitadas. ¿Te ríes? Psi, pero el resultado en su conjunto es decepcionante.

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